Jesús Caballero Ragel

Doctor en Arte y Humanidades

Sobre la casa que se quiere derribar en la Plaza Belén nº 3

EN referencia a la aprobación por parte del Excmo. Ayuntamiento de Jerez del derribo del edificio en Plaza Belén nº 3, quisiera manifestar que dicha edificación fue realizada en 1863 por el arquitecto valenciano José Esteve y López para D. Bernardo Rodríguez, tal como así consta en la documentación existente en el Archivo Municipal de Jerez en su sección del Archivo Histórico Reservado, Cajón 23, nº 1.

La casa es simplemente una muestra más del caserío decimonónico jerezano. Ni más ni menos. Un caserío que debido al abandono de los jerezanos del casco histórico se ha deteriorado, existiendo otras muchas más casas de este caserío decimonónico en mal estado por toda la ciudad. Una casa de corte academicista con dos plantas y tres vanos simétricos por planta, que debió tener anexa a su izquierda una zona de cuadra, almacén o bodega, hoy completamente destruida, que alberga hoy un extraño objeto decorativo de gran tamaño, probablemente relacionado con el malogrado proyecto de ciudad del Flamenco. No es descartable que la casa posea elementos de épocas anteriores en su interior.

En realidad, toda la calle Belén y Plaza Belén es una calle de los horrores, por mucho que se instalen allí museos y todo lo relacionado con el flamenco. Hay numerosas casas y palacios en completa ruina y abandono. Por ello, temo que la salida más fácil sea el derribo de este tipo de edificaciones, que no se valoran adecuadamente, pues no se tiene en cuenta que forman parte del caserío singular decimonónico de Jerez, que creo que tenemos el deber de conservar.

Por ello, temo también el derribo del edificio contiguo, el número 4, de sillares de piedra, que posee 5 vanos simétricos por planta con interesantes ménsulas cúbicas con motivos decorativos circulares. Posee también su almacén o cuadra anexa. También en estado de abandono y ruina se encuentra el nº 6 de la misma Plaza Belén, esquina a calle Benavente Alto, que ha perdido parte de la techumbre y que posee un original almizcate en su esquina. Se trata de un gran caserón del siglo XVIII que sufrió un cambio de fachada en 1881 por el arquitecto Elías Gallegos.

José Esteve y López fue arquitecto titular de la ciudad. Durante la época isabelina, época de construcción de la casa que se quiere derribar, construyó o reformó cerca de dos centenares de edificios que forman parte importante del patrimonio jerezano.

onstruyó la Plaza de Abastos en original arquitectura de hierro, el edificio ecléctico de Unicaja, el antiguo palacio de los Domecq en la calle Francos, el antiguo Palacio de Justicia hoy Colegio Cervantes, la sala Julián de la Cuadra, las bodegas que son hoy la Casa de de la Juventud para Sebastián Guernica, la bodega El Molino hoy Restaurante Casa Sánchez junto a la Plaza de toros para D. Ramón Rodil, el edificio que es hoy Novo Hotel o el edifico del Hotel Trujillo u otras casas señoriales academicistas como las de calle Francos nº 34 o Merced nº 7.

El problema de este tipo de edificaciones decimonónicas es que se abandonan tanto y se actúa tan tardíamente sobre ellas (o simplemente no se actúa), que al final su derribo parece lo más factible, pero debemos ser conscientes de que es una pérdida de patrimonio.

Este es el caso del derribo del primitivo cuartel en el Tempul, cuyo patio de armas con columnas de hierro fundido era del propio Esteve. Su abandono total tras irse los militares justificó un derribo que para mí fue injustificable. Otras casas de Esteve que están ahora en ruinas son, por ejemplo, la de Mariñíguez nº 6 o la de Pozo Olivar nº 13. También arruinada está la antigua iglesia parroquial de San José del Valle del mencionado Esteve. Es cierto que en estos últimos años se han rehabilitado otras casas decimonónicas de Esteve, como la mencionada nº 7 de la calle Merced o ahora mismo la nº 16 de la calle Pozo del Olivar, ésta última construida por D. patricio Garvey para alojamiento de sus trabajadores. La mayoría de las nuevas rehabilitaciones del caserío urbano jerezano se relacionan más con la creación de apartamentos turísticos que con planes de repoblación del casco histórico, que sería lo más deseable.

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