Opinión

Noelia Hidalgo

La clave de ser número 1

ES fácil saber por qué España es primer país del mundo en número de donantes de órganos. Ahora es fácil. Ahora está claro que es que los éxitos no dependen de los políticos, ni del dinero, ni de las infraestructuras, ni de la mejor o peor calidad del sistema sanitario, ni siquiera, en este caso, del excelente sistema de coordinación de trasplantes. Depende de las personas.

Depende de la inteligencia y del inconformismo, de la capacidad de autocrítica, del compromiso, del esfuerzo. Por ello debe decirse que España tiene un muy buen grupo de profesionales al frente (y en los flancos) de los engranajes que hacen que una muerte se convierta en vida y que en la tristeza quede la satisfacción de haber salvado a alguien.

Al menos así se vio en el encuentro que se celebró la semana pasada en Zaragoza entre coordinadores de trasplantes y periodistas. Los médicos y enfermeras que allí estuvieron son ejemplo del trabajo bien hecho. De todos ellos ha dependido que España esté a la cabeza en generosidad. Los que han conseguido que la red funcione, los que se han despertado de madrugada muchas veces para que un corazón llegue a quien lo necesita, los que se han sentado junto a una persona rota de dolor para ayudarla a decir 'sí'.

Es éxito de todos ellos y de los que trabajan a su cargo. Desde el médico de ayer que pidió una vez que era necesario un móvil (entonces tan grande como un zapato) para hacer más eficaz el sistema, hasta el que hoy es capaz de mantener en marcha la complicada máquina de los trasplantes.

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