TODOS los años Jerónimo Cornejo junto a su mujer, María del Carmen Crespo, organizan en su casa unas interesantes charlas conferencias que sirven, por un lado, para adquirir conocimientos en materia taurina y, de otro, como motivo para el encuentro de la familia taurina jerezana. Todos nos conocemos y todos navegamos hacia el mismo rumbo.

El pasado viernes, el encantador matrimonio Cornejo Crespo tuvo la feliz idea de acercarnos a la fotografía taurina a través de un prestigioso juez-magistrado que mantiene una afición a la imagen y al toreo. El ilustrísimo señor don Eduardo Barrachina Juan que, desde Barcelona, se trasladaba hasta Jerez para hablar sobre ese campo tan interesante del toreo como es la fotografía. Marciano Breña, conocido aficionado de la ciudad, hizo una detallada presentación del ponente. Presidente de la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Cataluña, profesor de Derecho, articulista en revistas especializadas, autor de libros de referencia dentro del Derecho Administrativo, novelista, conferenciante y un largo etcétera que daría para cinco columnas más.

Tras la buena presentación de Breña, uno trasladaba a personalidades como el señor juez a las cofradías ¿Dónde están aquellos cofrades de antes que habían desarrollado su profesión con destreza y talento y que, por afición, se metían en las juntas de gobierno de las hermandades? Ni están ni se les espera a excepción de honradas excepciones.

Eran aquellos cofrades que escogían estar trabajando por sus cofradías en lo secreto en lugar de ir buscando una foto para tal o cual medio. Las hermandades jerezanas tienen en la actualidad un serio problema de falta de cualificación. Se han quedado vacías de estos hermanos que, viendo el panorama, se han marcado un mutis por el foro. Quizá lo que tenemos hoy es el fiel reflejo de la falta de los que no sabemos si algún día volverán. Y si intentan volver a ver si los que hay ahora los dejan.