Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

El comodín del público

Los dos grandes premios de Moto GP que se van a celebrar por primera vez de forma consecutiva en el Circuito de Jerez el próximo mes de julio no van a tener público en las gradas ni en las pelouses. Podrán llegar miles de moteros de toda España, eso nadie lo impide, e incluso desde el extranjero, pero se tendrán que quedar lejos del acceso, y seguir las carreras como muy cerca desde el mesón La Cueva. Claro que viendo lo que ha pasado estos últimos treinta años, tampoco sería ninguna novedad que viniesen aficionados que no pisan el circuito ningún día y lo que buscan es disfrutar del ambiente en las calles, del buen tiempo y hasta de las playas. A ver cómo se maneja ese 'público' exterior que puede dar algún que otro dolor de cabeza.

Tampoco habrá público en las gradas en el Marbella Football Center para apoyar al Xerez DFC en su histórico 'play-off' de ascenso a Segunda B. La Federación Española de Fútbol ha dejado claro que todos los encuentros se disputarán sin público y a puerta cerrada, lo que convierte esa cita en algo muy diferente a lo que todos los aficionados esperaban. En el fútbol, como en las motos o en muchos otros deportes, el calor del público es algo consustancial al espectáculo, mucho más allá de las consideraciones económicas que conlleva la venta de entradas.

Es cierto que existen muchas incongruencias en este asunto, pues vemos otro tipo de aglomeraciones en otros espacios que sí están permitidas, desde trenes y aviones a terrazas o playas. Se ha reducido el aforo en muchos acontecimientos pero en los deportivos aún no, pues parecen más difíciles de controlar por las autoridades. La prudencia exigida a los momentos actuales que vivimos no se reparte por igual.

A pesar de ello, no cabe duda de que la permanencia del virus entre nosotros, desde uno al otro confín de la tierra, obliga a ser cautos siempre y en todo momento y lugar para no echar por tierra todo lo que se ha sacrificado y sufrido hasta ahora. Que se lo pregunten a quienes han padecido sus consecuencias y pueden vivir para contarlo. Sólo desde su experiencia, como hoy recogemos en estas páginas en los testimonios de varios jerezanos, se puede llegar a entender de verdad de lo que estamos hablando. Quienes tienen la suerte de haber sobrevivido al Covid-19 y la oportunidad de dar a conocer lo que supone son ejemplo vivo a seguir en estos tiempos en los que una memoria muy frágil y un exceso de confianza amenazan con rememorar trágicos momentos de hace tan sólo unos meses. Encarnan la esperanza en la victoria en esta batalla.

Porque seguimos asistiendo, como público, a una película en la que la realidad supera a la ciencia ficción y en la que el rótulo de 'fin' aún no se ve. De nosotros, sólo de nosotros, depende que ese final sea feliz, ganando esa carrera o ese partido de fútbol, la carrera y el partido de nuestras vidas.

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