El balcón

Ignacio / Martínez

Un corralito

EL Parlamento andaluz corre el riesgo de convertirse en un corralito. Una ironía, en la legislatura más plural, con cinco grupos políticos y ninguno en mayoría, tenemos bloqueado el Parlamento por el Gobierno minoritario. La culpa está repartida, pero el PSOE andaluz aparece como principal responsable. El tiempo nuevo no se ve en este caso por ninguna parte. Y para colmo, a los mandos de la Cámara hay un presidente sin más experiencia legislativa que un año en el Senado, inseguro y sin currículo académico o laboral. El crédito de Juan Pablo Durán se termina en el aparato.

El Parlamento, máximo representante del pueblo andaluz, está embargado. El primer fallo se produjo en la constitución de la Mesa; la oposición pecó de ingenua. Tras las elecciones, dado que ningún grupo iba a coaligarse con el PSOE, los otros cuatro partidos debieron pactar un presidente del Parlamento que no fuese socialista. Pero le dejaron la iniciativa al PSOE, que se quedó con la presidencia y dos miembros de la Mesa, ninguneó al PP y dejó abierta la posibilidad de lograr una mayoría con cualquiera de los otros tres grupos. Jugada maestra partidaria y segundo prejuicio para los intereses generales.

El tercer error fue colocar en la Mesa a tres secretarios provinciales socialistas. Si Montesquieu ha muerto, está enterrado en la capilla de las Cinco Llagas. Los jefes provinciales del PSOE reparten cargos, designan a los delegados de las Consejerías en su territorio y ahora manejan el Parlamento. No hay división de poderes. Lo mezclan todo: lucha partidaria, control del ejecutivo en su provincia y tapón legislativo. Eso sí, con coche, chófer y un plus a cargo al contribuyente.

Creo que Ciudadanos hizo bien facilitando la investidura del partido más votado, pero no pueden acudir al rescate de los socialistas cada vez que son requeridos. Una cosa es ser socio y otra muy distinta convertirse en acólito. Le pueden preguntar al PA y a IU cuál es la diferencia.

Ha habido abundantes despropósitos de la Mesa. Ha impedido que se celebren las sesiones quincenales de control a la Presidencia por los portavoces de los demás grupos durante la baja maternal de Díaz. Insólito. Si no está la presidenta, en nuestro corralito parlamentario no hay a quien controlar. Quinto baldón. El sexto ha sido no admitir a trámite propuestas legislativas de la oposición que incomodaban a la Junta. Rebajas de impuestos propuestas por el PP o transparencia en las cuentas públicas de Podemos han sido bloqueadas con los votos socialistas. ¿Pinza? No. La invención del rodillo en minoría. El séptimo capítulo del sainete ha sido poner al frente de la investigación del fraude de la formación a un diputado de C's, que era socialista con cargo y carné cuando se produjeron los hechos.

El presidente ha puesto la guinda. Se encara con periodistas, les dice que no saben preguntar, les amenaza con no llevarse bien. Durán es un soberbio o un pardillo. Y no sabe qué es peor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios