las cosas que pasan

David Fernández

No correr

TENEMOS una provincia que es para comérsela y lo pueden comprobar este fin de semana en Ifeca con la feria para promocionar todos sus productos. Puede que no seamos líderes en crear empleo, pero en la cocina no nos gana nadie y perdérsela sería casi un delito, en serio. Donde sí se pueden perder ustedes más tarde es paseando por el centro de la ciudad entre palcos y más palcos de Semana Santa, como si de un laberinto se tratara. Habría que regalar brújulas para los más despistados. Y más de uno se preguntará por qué los palcos se apoderan del centro con tantas semanas de antelación. Muy sencillo, porque aquí en Jerez las cosas se hacen con tiempo y mucha, mucha calma, ya que las prisas no conducen a nada bueno. Por ejemplo, el edificio de Radioterapia para atender a unos cuatrocientos pacientes oncológicos tenía que estar en servicio en 2009, pero la obra, que arrancó en 2007, se paró dos años más tarde porque quebró la constructora. Estas cuatrocientas personas tienen que realizar de media unos 11.000 desplazamientos a Sevilla o Algeciras -Cádiz no da abasto- y es posible que nadie repare en ello. ¿Pero qué prisa hay? Seguro que el SAS lo tiene presente. Aunque no debe ser tan fácil encontrar una constructora solvente. Seguro. Algo parecido ocurre con las obras de Santiago. Una iglesia que lleva 6 años sin abrir sus puertas puede esperar lo que haga falta, ¿o no? Ciertamente, a veces parece que las obras aquí las dirigen cual capataz en Carpintería Baja o Tornería: ¡No correr, menos pasos! Y no en vano, las prisas no traen nada bueno, deben pensar. Observen las obras de la nueva estación de autobuses. Se ejecutaron en un tiempo razonable y..., ¿para qué? ¿Para que la destrocen los vándalos en dos días? Al final la culpa de que las obras sean eternas será de los contribuyentes. Por tanto, ya lo dijo la diputada socialista Mamen Sánchez: nadie espere que la Ciudad del Flamenco -ese solar que lleva años esperando- vaya a recibir visitas antes de 2015. Además, mucho más urgentes son todas las obras que se han ejecutado con cargo al Plan E en un tiempo récord. ¿Han creado puestos de trabajo estables? No, pero ahí están. Ahí está por ejemplo el Museo de los Belenistas, ya inaugurado, aunque cerrado a cal y canto. Para esto, ¿no es mejor que el de la Faraona siga siendo un sueño unos cuantos años más?

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