Los economistas, gremio que ha desarrollado una capacidad tan admirable para hablar con eufemismos como para equivocarse en sus pronósticos, hablan ya abiertamente de desaceleración suave y cosas así. La OCDE, y no digamos el Banco de España, no deja de encender luces de alarma y de hablar de las medidas que se deberían de haber tomado en tiempos de bonanza y que se han ignorado olímpicamente. A ver si va a ser que esta vez los pronosticadores de desgracias no se equivocan y el cielo vuelve a derrumbarse sobre nuestras cabezas como hace poco más de una década. La verdad es que si uno se asoma un poco al mundo y ve la que tienen armada los Estados Unidos de Trump con la China comunista que no lo es o la tormenta que se está formando en la zona de las dictaduras teocráticas de Arabia Saudí e Irán, la cosa está para echarse las manos a la cabeza. El panorama no es mucho mejor si uno se asoma a la ventana de su casa y ve cómo, aquí en Andalucía sin ir más lejos, lo estamos confiando todo al turismo, creando empleos inestables y mal pagados de camareros. Y cómo la juventud más preparada y cualificada sigue sin encontrar oportunidades para enfocar una carrera profesional y personal.

Dicho de otra forma: la sociedad es ahora todavía más vulnerable que en 2008 para afrontar una recesión. La gran crisis se saldó con un debilitamiento sin precedentes de las clases medidas, que son las que soportan la economía y lo que queda del Estado del bienestar. Si se vuelve a dar una situación de recesión serán muchas las familias a las que va a coger sin haberse recuperado. Eso inevitablemente se pagará en inestabilidad social. Se me ocurren pocas cosas más peligrosas socialmente que un nuevo golpe a la ya castigada clase media.

¿Y mientras tanto qué estamos haciendo? Pues instalándonos en un caos político a base de repetición de elecciones que para sí quisieran los italianos, especulando sobre si Errejón suma o resta a la izquierda o muy entretenidos haciendo apuestas sobre si Franco sale de Cuelgamuros antes o después del 10 de noviembre. El consejero de Economía de la Junta, Rogelio Velasco, alertaba hace unos días en este periódico de la factura que le está pasando a la región el bloqueo que ha paralizado la actividad gubernamental en España y que no va a terminar, en el mejor de los casos, hasta los primeros meses del próximo año. ¿No tiene usted la sensación de que estamos jugando con las cosas de comer?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios