EL próximo acontecimiento cofrade tendrá que ser ya en la tercera fase o fase 3, llámelo como usted quiera ya que por palabras y expresiones raras que no quede. Me refiero a la celebración del Corpus Christi que tendrá lugar el catorce de junio.

En este jeroglífico en el que se ha convertido la mal llamada ‘desescalada’ —que a nadie se le olvide que el antónimo de escalar es descender—, deberíamos de estar en la fase 3. Todo ello si no ‘cangrejeamos’  a tenor del panorama que uno se encuentra en ciertos lugares donde ni hay mascarillas ni distanciamiento social. Como si no hubiese ocurrido nada. Ayer estando en San Francisco se le invitó a una persona a lavarse las manos con hidrogel y respondió que ya iba con las manos limpias. Todo en una clave muy española.

Pues eso; si llegáramos a la tercera fase se podrían celebrar algunos cultos litúrgicos en las calles bajo un exhaustivo control en el número de los que presencien una procesión. O al menos algo se ha hablado en este sentido. Que a estas alturas blanco y negro cambian en menos que se persigna un cura loco.

PODRÍAN DARSE LAS CIRCUNSTANCIAS DE QUE EL CORPUS PUDIERA TENER PROCESIÓN POR LAS CALLES

La procesión de un Corpus en la tercera fase, podría incluso tener alguna posibilidad. De ahí que aún no haya trascendido nada en este sentido. Habrá que esperar para que el descenso nos deje en la última recta de cara a la llegada a la ‘nueva normalidad’  —otra expresión sin sentido—. Ojalá pudiera ser que la primera procesión tras la llegada de la pandemia tenga como gran protagonista a Cristo Sacramentado ¿Quién mejor que su Divina Majestad?

Toca esperar. Y si no fuese posible, habrá procesión dentro de la Catedral con el Santísimo. Y una Minerva por los adentros del templo de San Miguel si se obtiene el visto bueno del párroco, claro está.