FiNALMENTE no hicieron falta grandes avenidas ni empeños para sacar adelante un buen proyecto de celebración cofradiera de la Semana Santa. Atrás quedaron los sucedáneos de las procesiones con IFECA incluida para resguardarse de la lluvia y experimentos que poco tienen que ver con una costumbre con siglos de historia que tan solo con la aparición del barroco cambio dando un giro copernicano.

La exposición de los Claustros de Santo Domingo ya se ha convertido en el gran referente de esta Semana Santa. Una muestra que merecerá la pena visitar porque será prácticamente imposible que se pueda repetir. Sin duda que la denominación es muy acertada. El paso del tiempo en Jerez no deja de ser lo que se podrá admirar en los Claustros hasta el próximo día 11 de abril. La pena de este encuentro radica en la imposibilidad de que sevillanos, onubenses o malagueños puedan venir hasta Jerez para admirar el patrimonio que aquí se reúne cada año cuando el pórtico del gozo se abre en la jornada del Domingo de Ramos.

La alcaldesa de la ciudad, Mamen Sánchez, afirmó que la Semana Santa se trasladaría a los Claustros. No le falta razón, aunque quizá se pasó de frenada. Y es que la Semana Santa cofradiera también estará presente en los templos. En las imágenes que estarán expuestas, en los altares y, sobre todo, en el Triduo Pascual. También lo dejó clara nuestro administrador diocesano que tan buena labor viene desarrollando desde Bertemati con mucha discreción y control de los tiempos.

Los Claustros será una gran cita. Pero la fundamental lo encontraremos en la liturgia del Jueves Santo, en la adoración a la Cruz en la jornada del Viernes Santo y, como colofón final, en la vigilia de Resurrección. Piedra angular de nuestra fe. Cada cosa en su sitio para que esta Semana Santa también quede en el recuerdo.