Mateo 7:7-11

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

En los tiempos que corren y con los que nos está tocando vivir, parece que tanta prisa, el ritmo vertiginoso con el que vivimos, donde todo queda obsoleto en una semana… necesitásemos un descanso en nuestras vidas y una clara llamada de atención de quien nos creó. 

Esta maldita pandemia que estamos viviendo puede servirnos a todos de enseñanza para sacar de nosotros la mejor de nuestras versiones y vivir momentos irrepetibles, a la vez que hará que valoremos mucho más aquello que un día tuvimos, que creímos dominar y cierto no era. Estamos viviendo como se hace presente el “pedid y se os dará”, con cuadrillas de costaleros y, en definitiva, con las hermandades saliendo a la calle sin ser la Semana Mayor, a repartir alimentos o mascarillas, a hacer los “mandaos” a los más mayores; siendo todos instrumentos de Dios.

Es tiempo de buscarse y encontrarse con uno mismo a través de Dios, es tiempo de escuchar y hablar poco, de llamar y ser escuchado.

Invito a todos mis hermanos y al pueblo cofrade en general a no olvidar lo que está ocurriendo en estos días, para no caer en los errores pasados de no valorarlo. Después de esto, cualquier pequeño momento en nuestra casa de Hermandad o nuestra Parroquia nos sabrá a “gloria bendita”; pidámosle al Señor de la Clemencia y a su Bendita Madre de Salud y Esperanza en la Pascua de Resurrección que pronto pase esta situación y salgamos siendo mejores Cristianos, para así poder preparar una nueva primavera en el que una vez más y como siempre, Cristo y María sean el centro de nuestra celebración en una nueva SEMANA SANTA. 

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden?”

Mateo 7:7-11