¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Objetivo Opus Dei
¡Oh, Fabio!
El primer round de Sánchez en la Moncloa acaba como empezó, con la foto de la coalición Frankenstein apoyando los seis últimos decretos de la legislatura, algunos de los cuales son auténticos cantos de sirena para votantes indecisos. En principio no hay nada novedoso: todos los gobiernos han usado su situación de fuerza y privilegio para intentar rascar sufragios. Sánchez y su decepcionante dream team (así se nos vendió) no iban a ser menos. Pero una cosa es eso y otra este cocktail en el que el bourbon socialista y la angostura podemista se une al matarratas independentista. El presidente del Gobierno, además, no tuvo suerte con el día elegido para la reaparición del inmortal monstruo de los tornillos creado por Mary Shelley. Prácticamente al mismo tiempo que los nacionalistas catalanes apoyaban sus 6 decretos 6, en las redes sociales medraba con furor viral el vídeo en el que se ve al vicepresidente del Parlament (un tal Josep Costa, abogado de Puigdemont) intentando boicotear la intervención de la portavoz del partido más votado en Cataluña: "Señora Arrimadas, me parece que no vamos por buen camino". El cinismo en el que se han instalado los políticos independentistas y sus antenas mediáticas ha llegado a una cumbre a la que ya sólo se puede subir con bombonas de oxígeno y ración extra de brandy (de Jerez, off course).
Sin embargo, el tal Costa tiene razón en algo: no vamos por buen camino. No sólo la intrépida Arrimadas (que es de las que mejor mantienen el rumbo), sino el conjunto de la nación. El problema, quizás, es que la clase política ha olvidado que su primera obligación es la inteligencia, como la de los sumos pontífices es la prudencia. Como dijo cierto maestro al padre de Espartaco: el toro siempre tiene más testículos que el torero, por eso siempre es mejor usar la cabeza que la taleguilla. Pero en la piel de buey hace tiempo que todo el mundo ha optado por abdicar del raciocinio para tomar la senda mononeuronal. Sólo así se entiende la espantá de Borrell en Alemania, la negación de Albert Rivera a cualquier tipo de pacto con el PSOE (justo el que podría acabar con la influencia independentista en la Moncloa), las declaraciones de Suárez Illana (que es en sí mismo un inmenso error), la intención de Abascal de convertirnos a todos en John Wayne, las predicaciones milenaristas de Pablo Iglesias... Como decíamos, el tal Costa tiene razón: no vamos por buen camino. Y peor vamos a ir si alguien no se da cuenta de que el toro siempre estará mejor dotado que el torero. Es el tiempo de la inteligencia. Siempre lo es.
También te puede interesar
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Objetivo Opus Dei
El mundo de ayer
Rafael Castaño
El efecto Kuleshov
Quizás
Mikel Lejarza
La Traca Final
La ciudad y los días
Carlos Colón
Defendiendo el castillo del hogar
Lo último
Contenido ofrecido por COITAND
Éxito rotundo en la jornada “El árbol en la ciudad y sus beneficios ecosistémicos. ¿Hay que podar?”
Óscar Velasco | Chef
"La presión no está en las estrellas, se sienta a la mesa"
Tribuna Económica
Carmen Pérez
Escapar del estancamiento