Es muy probable que tras las elecciones de noviembre haya bajas entre los líderes políticos españoles. Las encuestas del CIS nos dicen que hay más pesimismo que en abril sobre el futuro de la economía, el gobierno y su presidente están peor valorados, y el prestigio de los partidos sigue cayendo. La mitad del electorado no está decidido a votar. En ese contexto se presenta una oferta nueva, la lista Errejón, al estilo de las que hizo en Italia Marco Pannella en los 90; un verso suelto. El ideólogo y fundador de Podemos, tachado ahora de traidor por sus antiguos camaradas, es criticado por no tener programa, estructura territorial, ni financiación.

Tampoco nombre; lo de Más País ofrece una simetría inquietante con España Suma, son siglas intercambiables. Empezamos a tener en España nomenclaturas y caudillismos latinoamericanos. Los políticos contribuyen a la confusión. Unos se autocalifican de progresistas, para no llamarse izquierdistas, socialistas o comunistas. En la derecha, otros que tuvieron en su día reticencias se quieren apropiar de la Constitución y erigirse en sus únicos defensores legítimos. Y el hastío se dispara. Hay quien sostiene que Errejón tiene excesivo apoyo mediático, pero se olvidan las burbujas creadas en torno a Podemos o Vox por medios punteros de la información espectáculo.

En todo caso, la gran novedad de este retorno del jefe de Más Madrid a la política nacional no es su oferta difusa, sino la enorme demanda que hay de algo nuevo de un público decepcionado. Antiguos votantes de Podemos, del PSOE e incluso del sector moderado de Ciudadanos, quieren novedades y están dispuestos a premiarlas. Y lo único diferente de la oferta del 10-N es la lista Errejón, también en Andalucía en las principales circunscripciones. Adelante Andalucía ha intentado convertirse en una confluencia independiente que prescindiera de las siglas Unidas Podemos para tener grupo propio en el Congreso. Pero los 300.000 votos que perdió en las regionales de diciembre ya cercenaron esa posibilidad desde el debut de esta formación. Así, sin alianza con Errejón, sin autonomía respecto a Iglesias y con el voto fragmentado, AA se debilita.

Los dos viejos partidos se disponen a pelear por los miles de votantes que perdería Rivera si aciertan las encuestas. El voto moderado será cortejado por socialistas y populares. Iván Redondo, el gurú de Pedro Sánchez, explica en clubes de empresarios y escuelas de negocios que el PSOE se presentará como un partido institucional y su jefe pedirá "una mayoría cautelosa". Juanma Moreno, presidente de la Junta y del PP andaluz, dice lo mismo en twitter, poniendo a su gobierno como ejemplo: "tenemos la oportunidad de construir en España un proyecto moderado, sensato y que funciona". Ese es el escenario en el que algunos líderes se juegan el puesto estas seis semanas.

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