La columna

josé / rodríguez / carrión

¡Que les den!

¡YO no he sido! ¡Yo tampoco! ¡Yo menos!... Vamos que la lista de los presos que se pidió a Marruecos que indultase, la ha hecho un alienígena que pasaba por aquí. Siendo grave que nadie asuma la responsabilidad de los nombres que figuran en esa lista, a mi amigo aún le parece peor leer que salvo el pederasta, que debería pudrirse en la cárcel, la inmensa mayoría son narcotraficantes. ¿Alguien puede explicar por qué se indulta a quienes trafican con drogas? Es inaudito que mientras aquí encerramos a personas que ya se han rehabilitado y rehecho su vida, haya quien decida que se deje en libertad a traficantes. En fin, como tantos otros asuntos, pasará el tiempo y caso olvidado.

Olvidados también han estado durante años los ayuntamientos pedáneos, y para una vez que alguien se acuerda de ellos, es para plantear una reforma legislativa que hace pensar que a la vuelta de poco tiempo serán una parte de la historia. La verdad es que hasta ahora estos ayuntamientos han dependido cien por cien del ayuntamiento matriz, así que autonomía nunca han tenido salvo para cosas menores. Ahora bien, cuando sea el ayuntamiento matriz quien deba afrontar y ocuparse de cosas que ocurren a 20 kilómetros de aquí, a ver cómo lo hacen. A lo mejor copian las infames ideas de la Confederación de Empresarios de convertir los contratos de tiempo completo en parciales y convierten las pedanías en entes parcialmente autónomos. Tiempo al tiempo. Sobre la Confederación de Empresarios, después de conocer algunas cosas de los negocios de sus dirigentes podemos esperar cualquier cosa. No hay más que ver donde está el sinvergüenza que los presidía y decía que había que trabajar más y cobrar menos. En fin, algún día nos explicarán también el uso de los dineros para cursos que entre sindicatos y empresarios manejaron y cuántos empleos produjeron. La mayoría son honestos, trabajadores y creadores de empleo y riqueza, pero algunos de sus dirigentes, más que empresarios parecen voceros de quienes se empeñan en que malvivamos inmersos en la penuria. Pues a esos, anda y… ¡que les den!

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