LOS sindicatos mayoritarios, cuyo silencio de los corderos ante la tremenda recesión y el terrible paro empezaba a ser clamoroso, han anunciado un calendario de movilizaciones. Van a protestar, pero menos. Como hubiera dicho Beni de Cádiz, protestarán sólo un poquito, casi . Preparan asambleas y concentraciones de delegados sindicales. No hay que preocuparse: tal como evoluciona la economía, tendrán ocasiones de sobra para ser más contundentes. Si quisieran, claro es. La huelga general la descartan. No ayudaría en nada, dicen ahora.

También Izquierda Unida y el Partido Popular han organizado manifestaciones callejeras, por separado, para protestar y exigir soluciones. Es lógico. Para eso están en la oposición. Lo curioso es que a los socialistas la movilización de IU les parece normal y la de los populares rematadamente mal. Acusan al PP, de oportunista, de utilizar el drama de tanta gente para desgastar a Chaves y de coger la pancarta en vez de arrimar el hombro ante la crisis

Su tesis es que con las manifestaciones no se arregla nada. El PSOE ha sido en el pasado, y supongo que lo será en un futuro más o menos lejano, promotor y catalizador de manifestaciones por las reivindicaciones más variopintas, incluso por motivos bastante menos graves que la auténtica emergencia nacional que supone la crisis actual. Les llamaron pancarteros y agitadores, pero sólo estaban ejerciendo un derecho (por cierto, uno de los derechos que constituyen el núcleo duro de la democracia, como la libertad de expresión o la de asociación).

Pues ahora, igual. Cumpliendo las leyes que lo regulan y haciéndolo pacíficamente, todo el mundo tiene derecho a manifestarse en Andalucía, y en España, por aquellas causas que estime justas y oportunas, aunque a alguien les parezcan exactamente lo contrario. ¿Que echarse a la calle no solucionará el paro? ¿Y qué? ¿Acaso Israel detendrá sus tanques por que unos miles de manifestantes lo reclamen a gritos en las ciudades andaluzas (por poner un ejemplo reciente)? ¿Se acabará el cambio climático por que cientos de ecologistas se manifiesten en las cumbres de los poderosos? ¿Sentirán compasión y dejarán de actuar los canallas que asesinan a sus mujeres por las concentraciones feministas?

Uno se manifiesta por expresar lo que piensa o defender lo que cree, por sentir la compañía y el aliento de los otros que caminan juntos, por que la conciencia se lo reclama o porque se lo demanda alguien en quien confía... Porque le da la gana, si me apuran. Pocos ocupan las calles con gritos, lemas y banderas haciendo previamente el cálculo de lo que pueden conseguir, y ninguno acepta que le hagan juicio de intenciones sobre el ejercicio de un derecho constitucional. Los manifestantes que el PP sea capaz de movilizar, pocos o muchos, únicamente harán uso de ese derecho, que no es monopolio de nadie.

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