Tribuna libre

Antonio Arcas de los Reyes

27 de septiembre ‘Día Mundial del Turismo’. Este año, ¿qué celebramos?

Albert Einstein nos dejó dicho. “Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Este año una vez más la comunidad turística, se une para celebrar, el Día Mundial del Turismo 2020, este año con el lema “el turismo y el desarrollo rural”.

Como están los tiempos y los vientos que soplan, prefiero seguir los consejos de Einstein, apartado el desarrollo rural, para intentar o procurar salir lo antes posible de esta difícil situación.

"El verano ha sido malo, pero se prevé un otoño catastrófico".

Estamos en una situación de emergencia sanitaria y económica mundial sin precedentes con un impacto nunca visto en nuestra sociedad. En estos momentos el turismo es uno de los sectores en los que más está impactando esta crisis, cuyos efectos son aún incalculables, y que acecha con una recesión económica mundial (lo reflejan los datos económicos de esta semana) y con la pérdida de millones de puestos de trabajo, los viajes y el turismo requieren un apoyo urgente.

Queda mucho hasta la recuperación plena, dependiendo mucho de la ciencia y del conocimiento, y no en la intuición. Pero también de que haya una mejor cooperación entre todos, gobiernos, países, población y entre la industria turística. Necesitamos encontrar aquello que funciona para lograr una recuperación más efectiva. Espero que podamos hacer esto juntos, uniendo la industria, siendo capaces de lanzar protocolos globales que nos permitan seguir adelante.

No estamos para muchas celebraciones hoy, esta es con mucho la peor crisis que el turismo internacional ha afrontado desde que hay registros (1950). El impacto se sentirá en diversos grados en las distintas regiones y en momentos superpuestos, siendo la región de Asia y el Pacífico la que se prevé que empezará a recuperarse antes.

La vacuna, si es que llega con toda la efectividad requerida (lo que algunos empiezan a poner en duda), no conducirá a la salvación de la economía. La crisis será profunda y duradera.

Tengo mis dudas de quien se defenderán mejor, los pequeños o los grandes. Serán tiempos difíciles en los tendremos que estar cada día al pie del cañón, trabajando duro y con pasión, para si no sacar beneficios, al menos mantenernos.

Siempre será más fácil, si el gobierno pone un poco de su parte y colabora con rebajas del IVA, créditos blandos y, que los ERTE se prolonguen cómo mínimo, hasta abril del 2021. Unos ERTE ágiles que permitan la entrada y salida de trabajadores en función de la coyuntura turística, de no ser así, muchas (empresas) pasarán del ERTE al ERE y terminarán cerrando.

No podemos seguir mirando para otro lado. Es hora de hablar de reformas y medidas concretas, pues de no hacernos, el turismo corre un grave peligro. Reconociendo que el Gobierno aprobó en el Consejo de Ministros de 17 de marzo de 2020, un Real Decreto-Ley con medidas dirigidas a dar apoyo al sector. Hace de esto seis meses y diez días. A partir de entonces brillan por su ausencia. ¿Qué vamos a celebrar?

Debemos actuar con rapidez para salvar vidas. Pero también debemos tomar medidas decisivas para proteger los puestos de trabajo y salvaguardar los numerosos beneficios que ofrece el turismo, tanto para las personas como para el planeta. Es más, las restricciones a los viajes también impiden que el turismo aproveche su potencial para construir un futuro mejor para todos. El turismo nos une, las restricciones de viaje nos separan. Recomiendo la lectura del trabajo publicado por la Confederación de Empresarios de España “Gestión de la crisis turística provocada por la COVID-19”

Igualmente, la patronal española del alojamiento turístico. considera imprescindible que este plan de choque contemple la implantación de medidas sanitarias, laborales y fiscales concretas y de máxima urgencia para garantizar la supervivencia del turismo, el sector productivo que más aporta en su conjunto al PIB español y de cuya fortaleza dependen más de 2 millones y medio de trabajadores de forma directa.

La Organización Mundial del Turismo (OMT), nos dice que la crisis podría llevarnos a un declive anual de entre el 60% y el 80% en comparación con las cifras de 2019. La caída pone en riesgo el medio de sustento de millones de personas y amenaza con deshacer el camino andado hacia el desarrollo sostenible. ¿Qué celebramos?

Mucho me temo que mientras nuestro sistema político sea incapaz de dar una respuesta eficaz a la gestión de la pandemia, el turismo español correrá el riesgo cierto de quedar maltrecho y de perder su posición de liderazgo, esforzadamente obtenida con la labor e iniciativa de todo el sector, público y privado.

Sigamos trabajando, para que lo entiendan aquellos que, en posiciones políticas relevantes, siguen ignorando y menospreciando al turismo: ésta no es una crisis del sector turístico español sino una crisis sanitaria cuya pésima gestión está hundiendo al turismo, y con él a la economía nacional. ¿Qué celebramos?.

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