Disculpa que te perdone

Que cierren la política en vez de la hostelería

AHORA resulta que Vox salva al Gobierno de Pedro Sánchez en la votación para controlar los fondos europeos. ¿A cambio de qué prebenda? Esto es lo único que nos faltaba para asistir a la máxima expresión de las antípodas de lo común. No sé si en realidad se debe a un error pero partiendo de la base de que en política, no existen las casualidades, se puede entender que ya no hay nada más que nos pueda sorprender. Al menos en política se perdió eso de los ideales. Ahora sólo valen las matemáticas y el egoísmo. Matemáticas para calcular votos y conveniencias para uno u otro partido. Lo demás da igual. Así vamos. Mientras que Sánchez logre tener 184 votos cuando haya elecciones en España, sea de quien sea. De Vox si hace falta visto lo visto cuando llegue el momento seguirá en el Gobierno. Le da igual que el vicepresidente le contradiga diariamente. España se despeña.

Hemos empezado un fatídico año 2021 con la pandemia a toda máquina y encima sus borrascas por si teníamos poco: Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio (Nacho para los amigos) y ahora Justine, borrasca que vuelve a traernos fuertes rachas de viento, lluvia y nieve poniendo en alerta a nueve comunidades en España. O lo que es lo mismo, a media España.

El mes de enero del 2021 además termina sacando de sus casas por el miedo con una serie de interminables terremotos considerables a nuestros hermanos granadinos. Así que como dice el refrán 'a perro flaco todo se le vuelven pulgas' y por si fuera poco el virus que nos hace 'desangrarnos' poco a poco en nuestra salud y en la economía se rodea de aliados que en vez de minimizar, aumentan la tragedia. Y como ninguna mala racha viene sola, nos encontramos con políticos y gobernantes que en vez de ayudar y ganarse el pan con el sudor de 'nuestras frentes' (y ahora también de nuestras lágrimas), se ponen la vacuna antes de que llegue su turno. Con esto lo único que consiguen en que les tengamos el mas alto de los repudios al que puede llegar un representante público. Asistimos a la peor época de reputación de la política. Nadie con un poco de vergüenza o pudor quiere ser político y los buenos políticos, que los hay, deben estar pasando los peores momentos de su carrera.

Todavía no conocemos el alcance real de lo sucedido que se antoja curioso y divertido cuando menos. En realidad este virus que está con nosotros y parece que se va a quedar un largo tiempo todavía, no ha hecho más que poner de manifiesto y señalar cuánta podredumbre y miseria nos rodea de politicuchos y farsantes inútiles que no tienen nada que hacer en el mercado laboral -algunos jamás lo pisaron- y aprovechan nuestras miserias y tragedias para trincar dinero, poder o ponerse antes que le corresponda la vacuna. ¿Os imagináis que cuando terminen las elecciones catalanas nos confinen en casa? Resulta que el virus no contagia cuando se sale a votar y que incluso los que han dado positivo y estén cumpliendo una cuarentena pueden salir a votar . A votar sí, pero al bar no.

Cambian la ley, la norma a su antojo y mientras tanto un país desangrándose. Miles de familias a la ultima pregunta, empresas que cierran sin saber si volverán a abrir, nadie da un golpe en la mesa. Todo son medidas paliativas mínimas que son mas parecidas a 'echarnos' un trozo de pan para que nos callemos que a atacar en realidad el problema. El 'efecto Illa' es la máxima preocupación del Gobierno ausente y esquivo que no quiere asumir su responsabilidad en estos tiempos. ¿Tendrán puesta el Coleta y la cajera ya la vacuna? ¿Por qué no cierran la política en vez de la hostelería? y vaya ud condió.

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