TRIBUNA LIBRE

José Loaiza García / Portavoz De Empleo Del Grupo Popular En El Parlamento De Andalucía Y Presidente Provincial Del PP De Cádiz

Contra el empleo indecente, políticas decentes

EL desempleo es un drama personal y familiar que, cuando alcanza las cotas que registra en la actualidad el INEM, es un trauma colectivo y un obstáculo insalvable para el desarrollo de España, Andalucía y Cádiz. El empleo precario es, igualmente, drama, trauma y obstáculo. El pasado martes, 7 de octubre, jornada mundial contra el trabajo indecente, el Partido Popular se quiso sumar a los actos de rechazo del trabajo indecente y reivindicación del empleo decente porque contar con un contrato con alta en la seguridad social, con garantías de derecho a través de un convenio y con un salario que permita vivir, son derechos fundamentales que todos debemos hacer velar en su cumplimiento.

Sin embargo, estas condiciones no se están respetando. La siniestralidad laboral es, entre otros, uno de los indicativos de la precariedad del trabajo en Andalucía. El número de víctimas mortales en el tajo en la comunidad es similar al de Madrid y Cataluña juntos. Con una inspección laboral deficiente, sin recursos, necesitada de mayor número de funcionarios y medios, y con abusos en la contratación, con jornadas laborales excesivas y sin cumplir con la legislación en materia preventiva, el empleo indecente se muestra en la peor de sus maneras con trágicas noticias de muertes en el trabajo a diario.

La mujer sufre, igualmente, una doble discriminación. Las dificultades para acceder a un empleo quedan patente en la tasa femenina de ocupación, veinte puntos inferior en a la masculina. Pero, además, existen intolerables diferencias entre los salarios que se perciben atendiendo al sexo del empleado. La propia Junta de Andalucía ha reconocido que el número de expedientes de despidos por embarazos se ha disparado.

Los jóvenes no se encuentran en mejor situación. El Servicio Andaluz de Empleo no los contabiliza en gran medida como parados, lo que les priva de beneficiarse de los derechos del resto de desempleados. Mal pagados en ocasiones, cubren jornadas de hasta tres veces más que lo firmado en el contrato y se les niega firmar un contrato indefinido.

No hay que engañarse, sin embargo. La temporalidad no sólo afecta a los jóvenes, sino que está extendida por todos los tramos de edad. Uno de cada diez contratos es indefinido. Nueve contratos, nueve personas de cada diez, no puede contar con la seguridad de un empleo estable. La temporalidad está reñida con los proyectos personales, con la generación de riqueza, con la estabilidad, con el trabajo decente que defendemos, en definitiva.

La crisis económica que nos azota no puede ser la excusa de unos y otros para cometer nuevos abusos. Ante las dificultades que nos azotan en el presente y que serán mucho más duras en el futuro, es necesario, por medio de la concertación social, poner en marcha políticas decentes que conjuren los peligros.

El Partido Popular ha rechazado incrementar la jornada laboral a las 65 horas, porque no vamos a renunciar a las conquistas sociales. El Partido Popular se ha opuesto y se opone a los expedientes de regulación de empleo masivos que no sólo dejan en el paro a centenares de andaluces, sino que desmantelan la actividad industrial en la región. El Partido Popular ha denunciado la suspensión de planes de ayuda para los emprendedores, porque los autónomos, la pequeña empresa, es fuente de empleo y riqueza.

Ante el trabajo precario e indecente, el Partido Popular ha apostado por dotar de más suelo industrial a los ayuntamientos y empresarios, para que se hagan realidad proyectos, más grandes o más humildes, que haga despegar la economía local y regional. Asimismo, el Partido Popular ha reclamado que se haga frente a la siniestralidad laboral con recetas realistas, dotando de mayor número de funcionarios a la inspección laboral. El Partido Popular ha defendido la contratación indefinida y la igualdad de oportunidades.

Y junto a políticas imaginativas y valientes, la educación y la formación deben ser, asimismo, las herramientas que debemos utilizar para que las próximas generaciones se conciencien y reclamen dignidad en su trabajo.

Empresarios, sindicatos, administraciones y partidos políticos debemos hacer piña para que en el futuro, el 7 de octubre no sea una jornada de reivindicación, sino de celebración. El Partido Popular no se cansará en defender entre la ciudadanía y en todos los foros en los que tiene presencia la necesidad de hacer frente al empleo indecente con políticas decentes.

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