TENÍA 37 años y la muerte le sorprendió en la calle a pocos metros de su casa, en la barriada de El Palo, en Málaga, cuando regresaba después de dejar a su hija de 4 años en el colegio. Según testigos presenciales, la ex pareja de Susana María Galeote, que reside en Antequera y sobre quien pesaba una orden judicial de alejamiento -un juez le suspendió una condena por maltrato y amenazas a cambio de que asistiera a un curso sobre igualdad-, merodeó varios días por la zona hasta que el martes le salió al paso con un hacha y un cuchillo y se ensañó con su cuerpo hasta matarla. Es la primera mujer que fallece en la provincia de Málaga en 2011 por violencia de género. Sin embargo, son varios los elementos que otorgan a este asesinato machista una gravedad especial y que exigen una profunda investigación por parte de las administraciones concernidas, para que con estos antecedentes nunca más se repita un desenlace como el del martes. Susana ya había denunciado con anterioridad a su presunto agresor, a diferencia de las otras diez mujeres muertas en España a manos de sus maridos o compañeros sentimentales en apenas mes y medio de este año, cuatro de ellas en Andalucía. También se encontraba en trámites de separación y el verano pasado, pese a la orden judicial de alejamiento, temió que su vida podía correr peligro e intentó aumentar su nivel de protección. Por ello solicitó al Ayuntamiento de Málaga un teléfono de teleasistencia para activarlo en caso necesario. Pero la prestación se le denegó por un defecto de forma en el trámite, aunque sería irresponsable ligar esta muerte a la carencia de un móvil. Además, el informe de evaluación elaborado por la Policía Nacional también concluyó que el nivel de riesgo de la mujer era "bajo". Ayer Ayuntamiento y Gobierno se culpaban mutuamente del caso. El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que firmaba un convenio con el Consejo General del Poder Judicial para mejorar el sistema de seguimiento de la violencia de género, admitió que "algo ha fallado" en este caso. Un gravísimo error que ya será imposible reparar.