HASTA el quince de mayo puede admirarse en la sala madrileña de la Fundación Mapfre, una exposición verdaderamente extraordinaria. Se titula "El esplendor del Románico", compuesta por las Obras Maestras del Museo Nacional de Arte de Cataluña. Por vez primera desde hace alrededor de setenta años, estas joyas románicas no han salido de Barcelona, lo cual significa que exponerlas en Madrid es un hecho verdaderamente extraordinario. La Fundación ha hecho una filántrópica aportación al museo catalán, consistente en novecientos mil euros. Según Pablo Jiménez, director del Instituto de Cultura de la fundación, no se trata de un alquiler de las obras. Y ha explicado: "Desde la fundación nos preocupa el patrimonio. Y con esta exposición no solo contribuimos a dar a conocer fuera de Cataluña estos fondos, sino que ayudamos a un museo a poner en valor sus colecciones. Es nuestra responsabilidad con museos tan serios y ejemplares". Por su parte, Teresa Ocaña, la directora del museo barcelonés, ha declarado al respecto: "Gracias a esta fundación el museo ha podido emprender la remodelación de sus salas de arte románico, que reabrirá sus puertas en junio".

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que contiene reproducciones en color de las cincuenta y nueve obras que la componen, y tres ensayos: uno a cargo de Jordi Camps, comisario de la muestra, y Gemma Ylla-Catalá, así como dos más de los especialistas Lucía García de Carpi y Manuel Castineiras, con el complemento de comentarios a cada una de las sesiones del mismo y una gran división dedicada a catalogación, acompañadas de cronología y cartografía sobre la evolución del románico, finalizando con una amplia bibliografía.

En la visita supone toda una gran sorpresa contemplar una fidedigna réplica del ábside de Sant Quirze de Pedret, llevada a cabo para la exposición. Y del valioso conjunto de obras, cabe destacar cuatro fundamentales de la muestra. Las siguientes: "Majestat Batlló", talla en madera entelada y policromada al temple, de mediados del siglo XII, procedente de una iglesia de Garrotxa (Gerona); "Lapidación de San Esteban", fresco de mil cien, trasladado a lienzo, que fue propiedad de la iglesia de San Juan de Bot (Lérida); "Un Grifo procedente de la Torre del Tesoro", fresco traspasado a lienzo originario del monasterio de San Pedro de Arlanza, datado en mil doscientos doce; y "Frontal del altar de la Seo de Urgel o de los apóstoles", temple y restos de hoja metálica sobre tabla, perteneciente al siglo XII.

Sin lugar a dudas, estamos ante una de las exposiciones de arte más significativas de la temporada, montada con cierto y logrado efectismo, iluminada con especiales focos importados de Alemania, con los que se resaltan todas las piezas.