EN un instituto de Sevilla, un profesor de Física y Química, ya puede alardear de haber repartido entre sus alumnos el examen más cofrade de la historia. El control que repartió entre el alumnado se basaba en un personaje ficticio que acude a ver el Domingo de Ramos a Sevilla. En el cuestionario se planteaban determinados supuestos con los que se calificaba al alumno en función de los resultados. Se planteaba el caso de que este personaje acudiera desde su casa hasta el parque de María Luisa para presenciar el paso de la cofradía de la Paz del Porvenir ¿Cuánto tiempo tardaría en llegar teniendo en cuenta la velocidad de sus pasos y la distancia entre un punto y otro?

Por otro lado, el profesor interroga a sus alumnos sobre el supuesto de que Mario –el personaje ficticio– se encuentre viendo La Cena en la cuesta del Bacalao ¿Qué fuerza tendrán que salvar los costaleros para que el paso avance mientras sus pies rozan con el suelo? Dibújalas en el esquema que se adjunta. Yasí se sucedían las cuestiones todas relacionadas con la física y las cofradías sevillanas.

La capital Hispalense tiene estas cosas y las cofradías forman parte del ADN de la ciudad. Tanto es así que se puede encontrar bibliografía de todo tipo, cómics con historias de la Semana Santa del ayer, tiendas cofrades en cada barrio, discografía, decoración de escaparates y hasta un runrún que no cesa hasta que la primera llegue a la Campana.

El profesor se ha llevado la palma este año y las redes sociales han aclamado la originalidad del examen. Sin duda alguna que es un alarde de originalidad. Traídos a Jerez, sería curioso que en un control pusieran en jaque a los alumnos preguntando el tiempo en el que pavimento municipal sostiene a una procesión durante los 365 días del año. La estadística arrojaría un resultado sorprendente sólo superado por el continuo devenir de esos monstruos de autobuses que circulan durante todo el día y que, dicho sea de paso, tiene el adoquinado de las calles hecho unos zorros.