Tribuna cofrade

José Vegazo

Málaga, un espejo en el que mirarse

Durante muchos años, Málaga, como hizo Jerez, miró a Sevilla para engrandecer su patrimonio. Lo sigue haciendo todavía, aunque en menor medida. Ahí están los nombres de Esperanza Elena Caro, Ortega Brú, taller de Villareal o tantos otros que vinieron de fuera a engrandecer una Semana Santa que, en pleno siglo XX, estaba en un proceso de creación continuo. 

Pero dejó de mirar, y comenzó a creer. A creer que no era necesario buscar fuera lo que tenía dentro. Empezó a pensar. A ser ella misma. Y comenzó a lucir, como luce la ciudad, radiante, convirtiéndose en una Semana Santa de profundas raíces, pero con un potencial de crecimiento exponencial, y con un acertado, muy acertado, próposito de darse a conocer, de ser turísticamente importante, entendiéndolo como algo perfectamente compatible con la fe. 

Aparecieron nombres que hoy son referentes fuera de las fronteras de Málaga, como Fernando Prini, Ruiz Montes, Juan Vega, Eloy Téllez, Raúl Berzosa, Curro Claros, Manuel Mendoza, Joaquín Salcedo, Manuel Toledano, Juan Rosén y tantos otros que engrandecieron, con su talento, el patrimonio material de una ciudad que hoy es una referencia destacada a nivel nacional en cualquiera de las artes aplicadas al mundo de las cofradías. 

Jerez ahora también comienza a mirar a la Costa del Sol. Lo lleva años haciendo la hermandad del Soberano Poder, con Francisco Cidfuentes ejecutando piezas y diseños para la Virgen de las Mercedes, y lo ha hecho ahora la hermandad del Santo Crucifijo, con el fastuoso encargo a Curro Claros de la Custodia Sacramental, proyecto que se presentó recientemente en la parroquia de San Miguel. 

También hermandades como la Borriquita contrataron música de esa localidad, al traerse a la Banda de Cornetas y Tambores del Cautivo de Málaga, y si nos remontamos en el tiempo, la Esperanza de la Yedra lució el manto de la Esperanza de Málaga en los cultos que se le realizaron en la Santa Iglesia Catedral con motivo de su coronación canónica. 

Jerez, con un legado de siglos en los entresijos de su Semana Santa, sigue mirando, como ha hecho hasta ahora, dónde está la excelencia para engrandecer su patrimonio, apoyándose a la par en sus artistas locales, que también van, poco a poco, dándose a conocer más allá de nuestras fronteras. 

En esta Semana Santa globalizada, tan al alcance de la mano, Málaga y su Semana Santa se irá poco a poco fundiendo con nuestra Semana Mayor. Y ambas ciudades, con sus respectivas cofradías, serán mejores aprovechando esa sinergia. 

Y si no están convencidos, visiten la exposición que la Agrupación de Cofradías ha organizado por su centenario. Su inauguración estos días en el Palacio Episcopal es razón suficiente para visitar una ciudad que siempre recibe a sus visitantes con los brazos abiertos.

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