EN Noviembre de 1978 Paco Ibáñez se metía en un estudio y grababa su trabajo "A flor de tiempo": Dentro de unos días se cumplirán pues, treinta años de la grabación de este registro y he de reconocer que ha sido un feliz reencuentro ya que rescatar joyas como estas siempre resulta gratificante porque la figura de Paco Ibáñez, inexorablemente, va unida a un período muy específico de nuestra historia social y cultural reciente. Pero no es la figura política de este cantautor lo que me llama la atención después de tanto tiempo. Este disco llega a mis manos porque un amigo que me quiere me invita escucharlo, sin más, y probablemente ello me permite tener una perspectiva de esta obra más objetiva y menos condicionada por los tiempos que corren.

"A flor de tiempo" es un disco que nos muestra a "un" Paco Ibáñez quizás menos combativo y más reflexivo, descubriendo en él detalles que solo se pueden percibir andando el tiempo: el implacable tiempo.

Sé que algunos - especialmente aquellos progres que vieron en Paco Ibáñez un escaparate antifranquista - hoy reniegan de su obra, esos mismos que por aquellos años repudiaban por folklórica la copla y hoy no tienen ningún problema en "apoyarse en el quicio de la mancebía".

Particularmente me da igual que hoy Paco Ibáñez no esté de moda, mi amigo, que aprecia mi sensibilidad, me invita a reencontrarme con la lírica y la música de quién supuso tanto en la España de los setenta y eso me sobra y me basta.

Música y poesía en un largo abrazo que expele un latido interior que a veces se traduce en nostalgia y en otras, en tristeza. La voz de Paco Ibáñez, siempre desgarrada y desnuda hoy se me antoja compañera del alma.