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Tribuna cofrade

Francisco Fernández García-Figueras

Hermano Fundador de la Defensión

En este penitencial Martes Santo

Hermanos y Hermanas de la Defensión: Dada la pandemia que sufrimos por el coronavirus y debido al confinamiento establecido por el Gobierno este año no podemos hacer la Estación Penitencial como ordenan nuestras Reglas.

Nos gustaría que todos juntos en hermandad y comunión estemos unidos en ese tiempo del desfile procesional , abriendo este correo entre las siete de la tarde y las doce de la noche para seguir este tiempo de reflexión y de silencio cofrade leyendo este escrito que nos trae tantos recuerdos.

Este año no hemos podido celebrar el Besapiés del Cristo y su traslado al paso, al igual que tampoco lo hemos podido hacer con la Virgen de la O su Besamanos y también su traslado.

Sin embargo hemos tenido la suerte que el Santísimo Cristo de la Defensión haya cruzado el patio de la Cartuja a hombros de sus hermanos en ese inolvidable desfile del Vía-Crucis del 16 de Febrero, la Eucaristía presidida por el Sr. Obispo el día 17, al cumplirse los doscientos veinticinco años de aquella memorable Bendición de la Imagen y la hermosa recogida hasta la fachada principal del Monasterio. En definitiva que este año 2020, gracias a Dios, no nos hemos quedado sin nuestra salida procesional.

Pero hoy es Martes Santo y a las once de la mañana estamos todos esperando en la puerta del Convento Capuchino la llegada de las Fuerzas Armadas y formar la procesión de entrada en el Templo donde el Vicario Castrense celebrará la Santa Misa y al término de ella el General hará la Ofrenda del Ejército ante el Santísimo Cristo y una corona de laurel se colocará ante el paso haciéndose el toque de Oración por los Caídos. Todo este emocionante acto será el preámbulo de la tarde.

A las seis de la tarde estaremos todos los hermanos nazarenos en Capuchinos para tener un acto eucarístico y organizar la procesión. El silencio invade la iglesia mientras el patio del Convento es una algarabía, es un hervidero de niños y niñas, la savia nueva de nuestra Hermandad. Ya la Cruz de Guía avanza hasta la puerta y al abrirse ésta hacemos todos una reflexión sobre lo que ha sido el peregrinar de nuestras salidas procesionales.

Estamos en la puerta de Capuchinos para iniciar nuestra Estación Penitencial. Esta puerta que hoy tan virtualmente atravesamos nosotros que tanto sabemos de dificultades. Acordémonos del itinerante camino recorrido: Santo Domingo, el patio del Hospicio, Santiago, La Colegial. Luego el ingenio de Venancio, al que tanto recordamos, saliendo de Capuchinos por una puerta insuficiente cargado el paso por Hermanos a la antigua usanza, sin capirote y con horquillas.

Y después de muchos años y no pocos desacuerdos logramos abrir esta puerta, donde ahora estamos, y desde donde pudimos recuperar el mejor estilo defensionista. Ése que nos hace distintos, singulares, en la Semana Santa de Jerez.

Nos disponemos a iniciar nuestra salida y desde aquí hasta completar la Carrera Oficial vamos a rezar el Vía-Crucis del Beato Diego José de Cádiz haciendo la última Estación, la decimocuarta, en Santa R. e I. Iglesia Catedral.

Una vez concluida la Carrera Oficial y cumplida la Estación de Penitencia la Hermandad inicia su camino de vuelta a Capuchinos. Lo intrincado del recorrido hace que la Cofradía viva momentos de recogimiento y fervor.

Recordamos como al pasar el cortejo por la Plaza de Peones se rompía el silencio con el rezo del Santo Rosario. Esta costumbre que duró varios años, hoy en esta noche la convertimos en una oración ante el paso del Santísimo Cristo de la Defensión.

“Ante tu Imagen, Cristo de la Defensión, considerando las inefables muestras de amor que nos has dado y las sublimes lecciones que de continuo nos enseñan tu Pasión y Muerte, te pedimos humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fieles discípulos tuyos para hacednos dignos de las mercedes y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, te aman y te sirven”.

Y siguiendo el paso del Cristo y el de su Santísima Madre la Virgen de la O nos adentramos en la estrechez de la Carpintería Baja, de la calle del Carmen y de la Tornería para lentamente ir acercándonos a Capuchinos.

Ya próximos a llegar vemos como el paso de la Virgen se adentra en Gaitán donde el varal lucha con el hierro del balcón y donde el corazón de un pueblo se acerca a tu belleza sublime. Aquí recordamos que el círculo de la O de tu nombre encierra todo el misterio de nuestra salvación y es nuestra esperanza.

Ya solo nos queda llegar a Capuchinos, ya se oyen las campanas del Convento repicando en la vuelta a tu templo, Santísimo Cristo de la Defensión. Y ya en la puerta antes de hacer la última “levantá” tus Hermanos te queremos decir cuando estás entrando en tu templo lo que te dicen todos tus devotos: “Defensión de mi vida abre mi pecho y llénalo del Reino de tu muerte.”

Los dos pasos ya están dentro del templo y el Director Espiritual de nuestra Hermandad rezará como es vieja costumbre las cinco Padrenuestros a las llagas de Cristo. Y cerrará nuestra salida procesional con las jaculatorias: ¡Santísimo Cristo de la Defensión, ten misericordia de nosotros!.¡María Santísima de la O, ruega por nosotros!.

Y ahora, por el camino más corto, todos a casa.

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