RESERVA FLAMENCA

Fran Pereira jerez / FRAN PEREIRA

"Que la gente se entere, no estoy muerto ni múo"

Recién salido del ostracismo, Joaquín Jiménez 'El Salmonete' sueña con volver a ser el que era, ese cantaor privilegiado capaz de poner patas arriba cualquier peña o festival. Atrás ha quedado un paso desafortunado por la prisión, coqueteos con las drogas y un sinfín de historias que ahora "prefiero olvidar", advierte. A sus 50 años, y con esa mirada característica, Salmonete apunta alto y confía en "no defraudar a nadie".

-¿Dónde ha estado todo este tiempo?

-Retirado de todo, no tenía ganas de nada, me llevaba todo el día acostao y desmoralizado.

-¿Y qué le ha hecho cambiar de parecer?

-Un día me di cuenta de que no me podía quedar dormido en la cama porque la cama come mucho. Pensé, 'si todavía soy joven, si tengo 50 años y hay gente por ahí cantando con 70, ¿no voy a poder cantar yo?'.

-¿Cuánto hace que no canta?

-Hace seis o siete años, y la verdad es que tenía ganas de volver a cantar. Juan Aguilar (promotor del espectáculo 'Trío de Ases' en el que participará con El Torta y Capullo) fue a buscarme a mi casa y eso me devolvió los ánimos. Me dijo que quería contar conmigo porque hacía tiempo que no cantaba y acepté, tengo ganas de que la gente sepa de mí, no estoy muerto, estoy muy vivo.

-No me creo que no haya cantado desde hace tanto tiempo...

-Sí hombre, cantar he cantado con mi gente, en zambombas y en familia, pero lo que se dice cantar enfrente de un público no lo hago desde hace seis o siete años. Creo que la última vez fue en Cáceres hace seis años, pero no me acuerdo muy bien.

-La última vez que su nombre sonaba por las peñas fue junto a Alberto San Miguel, pero de pronto desapareció, ¿por qué?

-Es cierto, estuve con Alberto San Miguel tocando en muchos sitios, pero como pasa en todas las cosas se tienen roces y enfados y cada uno cogió por su lado. Luego, también tuve problemas personales con el divorcio, mis hijos y demás, y decidí apartarme de todo. Con decirte que no escuchaba flamenco....

-¿Y qué escuchaba entonces?

-Música de los 80 que me gusta mucho, o Radio María. No me apetecía escuchar flamenco. Bueno, miento, a veces ponía eso de Flamencoradio.com pero sólo lo dejaba cuando cantaba a lo mejor Antonio Mairena, que para mí es el as de oro del cante, pero en cuanto terminaba y ponían a otro cantaor, lo quitaba.

-Usted coqueteó mucho tiempo con las drogas, ¿forma eso ya parte del pasado?

-Sí, yo hace seis o siete años que dejé las drogas y todo eso, porque me caen mal. Es que el cuerpo lo rechaza, eso ya está olvidado. Llevo bastante tiempo cuidándome, aunque reconozco que me gusta la cervecita. De todas maneras, a veces me da el punto y también me quito de beber.

-O sea que está al cien por cien...

-Yo me encuentro bien, y con ganas. La gente por ahí se cree que no tengo voz, que estoy fatal, tú sabes, los comentarios que hay por ahí fuera porque aquí en Jerez la gente sabe cómo estoy. Pero fuera, por lo que le dicen a mi hermana Elu y a mi gente cuando salen fuera, se creen que estaba fatal, y no es así. Se creen que me he quedado 'múo' (risas).

-Durante algún tiempo estuvo en la cárcel, ¿es dura esa experiencia?

-Es duro, pero bueno, comparado con lo que había antes no se está tan mal. Yo estuve antes, hace treinta años, en la cárcel de Jerez y eso era malísimo, como un correccional. Allí no había nada, pero ahora es distinto, hay hasta un economato, y se te hacen los días más amenos.

-¿Y por qué se vio en esa situación?

-Ahora en la cárcel no entran chorizos, entra todo el mundo y por cualquier cosa, por meterse contramano borracho, por ir sin carnet o por impagos, como me pasó a mí, que no le di un dinero a mi mujer.

-¿Ha estado mucho tiempo?

-He estado seis meses, primero en Puerto 2 y luego, en Puerto 3. En Puerto 2 la gente me respetaba, pero otros me llamaban de una punta a otra para que cantara, y eso mosquea. En la cárcel hay que responder a la gente porque si te callas es peor todavía, por lo menos en Puerto 2, porque en Puerto 3 es distinto.

-¿Y le conocían los internos de la cárcel? ¿Le pedían que cantara?

-Muchos sí me conocían porque yo he sido un cantaor que ha estado por toda España. Luego, lo de cantar, sí he cantado. Además, estando en Puerto 3 coincidí con un funcionario que tocaba la guitarra, y cada vez que le tocaba guardia me llamaba para que le cantara. Ahí empecé a cantar, y a recuperar el ánimo, fíjate como son las cosas. A mí me ha gustado mucho tocar la guitarra, pero no aprendí nunca por zurdo. Aún así me manejo y yo le decía 'eso va por ahí'. Yo creo que eso es cosa de Dios, porque pa mí hay dios.

-Durante todo este tiempo, ¿le ha dado tiempo a analizar en qué situación está el flamenco?

-Sí, claro, y otras cosas de la vida. En el flamenco la cosa está ahora muy parada, aunque gracias a Dios hay algunas salidas como Japón, que lo apoya mucho. Lo que pasa es que estamos teniendo una crisis que yo no la he conocido en mi vida. Ahora lo que hay son muchos recortes pero, ¿hasta dónde vamos a llegar? ¿Qué nos vamos a comer unos a otros y estar como Siria y países así? Es que hay gente que no cobra ni el paro ni nada, que no tienen trabajo y tiene que dar de comer a cuatro criaturas. Algo tienen que hacer, a ver si Rajoy habla con el Rey o algo, pero así no se puede estar.

-Usted que llegó a cobrar ochocientas mil pesetas por una actuación, ¿de qué vive ahora?

-De nada, porque después de estar en la cárcel no me dieron ni el paro. Tenía que haber estado allí seis meses y un día, y por un día no me dieron nada. Antes estaba con mi madre y solamente hacía comer y dormir, no me hacía falta el dinero. Mi madre me lavaba la ropa y eso, y ya está. Nueve años he estado viviendo con mi madre y menos mal que estaba ella. Pero vamos, ya me estoy 'espabilando' y quiero volver a cantar, porque el cante a mí no se me ha olvidado, siempre ha estado dentro de mí. Ahora ensayo en mi casa y poco a poco me estoy recuperando.

-¿Se ve con fuerzas para retomar su carrera?

-Tengo mucho tiempo por delante para eso. Ahora estoy bien, ya escucho 'punto com' y todo eso (risas). Me falta un aparatito de radiocassette, que he ido varias veces al rastro y no lo he encontrado. Es para cintas, que es lo que tengo en casa.

-¿Qué cosas le gustaría hacer?

-Antes de morirme quiero hacer cositas y dejar cosas grabadas. Yo tengo varios discos hechos, el que hice con Paco Cepero, otros tantos que compartí con varios artistas y uno de saetas con Manuel Moneo, María Soleá, El Guapo...En ese disco me dijo Manuel Ríos Ruiz que grabé la mejor saeta que él había escuchado nunca. Y lo dice Manolo Ríos Ruiz, que no es un cualquiera.

-¿Cree que la gente le volverá a dar una oportunidad?

-¿Por qué no? Yo creo que sí. A mí me conocen muchísimo por ahí fuera. Fíjate el tiempo que llevo sin cantar y todavía tengo nombre, porque me lo dice mi hermana Elu cuando sale por ahí a las peñas. Es que yo me he llevado un premio de Antonio Mairena con 14 años y eso no lo ha hecho nadie. Se llevó seis años desierto y me lo llevé yo, con decirte que había cantaores de Jerez que no se lo creían. Tengo muchos premios y muchas cosas y por eso decidí tirar para adelante, yo soy Salmonete y voy a dar qué hablar. Todavía estoy aquí y quiero que los aficionados al cante sepan que estoy aquí. No voy a defraudar a nadie ni voy a engañar a la gente, antes a lo mejor era más joven pero ya no.

-Porque para cantar uno tiene que tener algo....

-Hombre claro. Yo, por ejemplo, tuve un buen preparador, Alfredo Benítez, pero él vio algo en mí cuando tenía 14 años que no había visto en otros. Es como en el fútbol que puedes tener el mejor preparador del mundo, pero si no eres buen futbolista, no vales. ¿Para qué te vas a hartar de trabajar con uno si no tiene cualidades?

-Después de todas esas experiencias que la vida le ha puesto delante, ¿su cante será más rancio?

-Puede que sí, yo siempre he escuchado que cuánto más penas pasas en la vida, mejor cantas, igual que cuántos más años tienes, mejor cantas. Mi voz está ahí y mis conocimientos también, además, tengo ganas de sacarlos.

-Si pudiera retroceder en el tiempo, ¿qué cambiaría de su vida?

-¿Qué hubiese cambiado? No conocer la droga, no haber conocido ese lado oscuro. Eso es lo más malo del mundo, para la salud, para la profesión, para tus hijos...A mí empezó a llevarme por la mala vida e hizo que se me quitaran las ganas de todo.

-Y no le da pena que algunos que empezaron como usted estén ahí viviendo de esto...

-Pena no me da porque esto me lo he buscado yo, pero tampoco tengo envidia a nadie, nunca la he tenido porque no va conmigo. Sí que pienso que ahora hay algunos cantaores que están arriba y quizás no son monstruos, lo que pasa es que han sabido hacerlo, no sé si por márketing, si por su paladar o porque sean peseterillos. Eso es bueno porque a veces ser pesetero te ayuda a ser más artista. En la vida hay que sembrar y ellos lo hicieron en su momento y ahora están recogiendo los frutos. Las acciones tienen reacciones, eso es así.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios