Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Gracias, amigo Pepe

Una mañana tomando café enfrente del Ayuntamiento le dije al entonces concejal de Economía José Rodríguez Carrión que cuando dejase la política estaba seguro de que acabaríamos siendo buenos amigos. Y así fue. Amigos de verdad, de los que se dicen las cosas buenas pero también las malas, las que no gusta oír muchas veces. Porque cuando se quiere a alguien no se le puede engañar.

Pepe lo tuvo muy claro siempre y eso le costó en ocasiones la incomprensión o incluso el rechazo de los mediocres y los aduladores. Cuando a uno de sus amigos, al que citaba sin nombrarlo en sus artículos, le fueron mal las cosas y muchos se fueron apartando de él, Pepe le ayudó con su compañía y sus consejos, sin nada que obtener más que conservar aquella vieja amistad.

Porque fue siempre una persona fiel. Fiel a sus principios, a sus ideas y a sus amigos. En sus artículos del Diario, que se publicaban quincenalmente todos los sábados desde hace veinte años, se le entendía perfectamente lo que quería decir. Podrían gustar o no, pero no dejaban indiferente a nadie. Los echaremos de menos en estos tiempos tan complejos en los que todo está tan enrevesado y hasta el lenguaje lo hacemos complicado. La naturalidad de Pepe, como médico, como político o como otras tantas facetas que desarrolló, es un rasgo humano que por desgracia se está perdiendo.

Rompió moldes como concejal, como pregonero de la Semana Santa, como médico, como profesor universitario... siempre tan cercano sin olvidar su faceta académica como persona culta, curioso investigador y ciudadano siempre bien informado. Formó parte de una generación inolvidable de jóvenes y preparados concejales a los que Jerez acabó echando de menos: Fustegueras, Reyes, Bautista...

Y Covadonga. Es imposible entender y definir quién fue Pepe Carrión sin su otra mitad. Cova llenó su vida junto a sus sobrinos, su cuñada Clara y toda una familia a la que adoraba. Ambos, Pepe y Cova, formaban una pareja entrañable, enamorados siempre como el primer día y viviendo el uno para el otro. Un ejemplo.

Pepe se ha ido muy pronto, demasiado pronto. Nos quedan sus columnas del Diario, sus charlas en la radio, sus trabajos de investigación, sus artículos (al comienzo del estado de alarma publicó uno muy interesante en estas mismas páginas sobre las epidemias en Jerez a lo largo de la Historia) sus libros y, sobre todo, su forma de ser, sus consejos, sus chistes y anécdotas, su generosidad sin límites, su fidelidad y lealtad.

Como a él le gustaba terminar siempre sus columnas con las mismas palabras que el título, acabo de la misma forma: Gracias, amigo Pepe.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios