Cuarto de Muestras

Otra huelga

No te pongas en huelga, vete al parlamento y cambia la ley

Estoy a favor de la huelga del próximo ocho de marzo. A favor de que todo el mundo pueda expresarse y defender sus derechos. A favor de defender la erradicación de situaciones discriminatorias, aunque sea en un país como el nuestro que tanto ha cambiado y tanto tiende a negar la realidad sea buena o mala. Yo hubiese convocado, eso sí, a mujeres y hombres. Si pretendemos cambiar a los hombres no entiendo por qué no se cuenta con ellos.

La huelga, como todas las huelgas, será utilizada por derecha e izquierda. Todos los políticos quieren ser abanderados de esta causa como las actrices de Hollywood. Cuando un político no sabe cómo resolver un problema, se pone su traje palabra de honor y se engancha a la reivindicación que se hace precisamente contra ellos. Entran ganas de decirle, no te pongas en huelga, vete al parlamento y cambia la ley que es para lo que el pueblo se moviliza. Esa es una extraña inversión que demuestra uno de los fracasos mayores de la clase política, no saber cuál es su sitio.

Los techos de cristal se romperán solos porque las mujeres están cada vez más preparadas; las relaciones paritarias no existen y la discriminación positiva hay que erradicarla como todo tipo de discriminación. Por quien tiene sentido la huelga es por las mujeres humildes con trabajos duros y precarios que nunca optarán a cuotas de poder, las que, posiblemente no soportan maltrato, pero sí a hombres zafios con trabajos igualmente duros y precarios con los que resulta más complicado convivir. Tiene sentido por los jóvenes que oyen canciones de reggaetón machista que dan horror y ven programas en el que un joven se dedica a tontear con un grupo de mujeres hasta que decide cual se lleva, machismo y viceversa, creo que se llama. Tiene sentido por las mujeres que se enamoran de manera enfermiza de hombres que sólo pueden hacerles daño porque no tienen la educación sentimental necesaria para vislumbrar su ruina.

En España no se protege ni a mujeres ni a hombres porque no se protege la vida familiar con horarios racionales, con guarderías que permitan compaginar la vida laboral, la vida de pareja, la vida familiar y la social. Todo lo demás seguro que vendrá después por añadidura. Yo haría una huelga sin apellidos ni género, a la que convocaría a todo el mundo por la educación, el respeto y el sentido común. Por un mundo menos raro y hostil, no sé si igualitario, pero con amor y justicia.

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