CON relación a los hechos acaecidos el pasado miércoles día 20 de julio, debo decir que lo que sucedió según diversas fuentes fue un altercado puntual entre dos personas. Recordar para mayor información que el delegado sindical de UGT protagonista del incidente es también integrante de la ejecutiva del PSOE local y que sus formas no suelen ser precisamente las más correctas. La opinión pública ajenas a estos hechos, no entienden como un altercado de dos personas con la testosterona por las nubes, puede ser noticia protagonista y rueda de prensa de una central sindical el día después de aprobar el parlamento español la reforma de la Ley de Negociación Colectiva de tan funestas consecuencias para la clase trabajadora a la que dice representar.

Realmente para nuestra organización sindical, el esfuerzo en estos momentos tan críticos para los trabajadores, debe ir proyectado hacia la lucha contra el sistema depredador de los mercados, banqueros y poderosos, en su afán de engullir las mejoras que los trabajadores han conseguido tras muchos años de lucha reivindicativa. La reforma laboral, tras flexibilizar las condiciones laborales y perpetuar el despido libre, ahora se centra en la negociación colectiva y la ley de pensiones con la connivencia de los sindicatos oficialistas: CCOO y UGT.

No puedo por menos expresar mi indignación ante la actitud del gobierno "socialista" que hace recaer nuevamente sobre las espaldas de los más débiles las consecuencias que se derivan de una nefasta gestión política de la "crisis" del sistema capitalista, tomando medidas incomprensibles para los trabajadores con la donación miles de millones de euros para salvar la banca privada, prestamistas y especuladores.

Nuestra realidad no es otra que la que se puede desprender de las cifras que el propio gobierno facilita con más de 5 millones de trabajadores en paro, despidos masivos con cargo a los fondos públicos, alcanzando nuestra ciudad cifras superiores a los treintamil parados, que representan más del 20% de la población activa sin contar la desastrosa situación de miles de nuestros jóvenes sin recursos ni perspectivas de futuro. Esta misma situación es la que propició la revolución de la primavera en los paisajes del Magreb.

Las consecuencias más alarmantes que estamos contemplando son el aumento en cascadas de los desahucios por impago de hipotecas, salarios en precario y recorte abusivo de pensiones. Así mismo debo indicar que la reducción presupuestaria del gasto en la sanidad pública, está afectando de manera directa a los más débiles, haciéndonos cada vez más pobres. Por otra parte la eliminación de la ayuda de los 426 euros a los desempleados los sitúa en la exclusión social.

Por otra parte, me siento profundamente indignado por tener que desayunarme todos los días con ataques despiadados de diversos sectores elitistas contra el movimiento 15M, acusándoles de auténticos delincuentes. Y yo me pregunto, ¿los delincuentes no están en las esferas de la banca y fondos monetarios? Por último, una reflexión de carácter global, solidaria y humanitaria, ¿qué estamos haciendo para evitar el drama mundial del hambre?