SABÍAMOS que la cultura de los códices como vital medio de comunicación para los pueblos indígenas abarca desde la época prehispánica a la última década, ya que hasta hace pocos años aún tenían validez jurídica en Méjico, según los especialistas en el tema.

Mas generalmente se creía que los indígenas de todas las américas ya estaban de alguna forma integrados en los distintos países. Pero no es así, según la noticia publicada por el diario "El Nacional" de Caracas, existen pueblos indígenas alejados totalmente de la civilización. Imágenes de una tribu que supervive en la selva brasileña, difundidas por un equipo de Survival Internacional, lo pone de relieve. En su ámbito, en su aislamiento, mantiene sus costumbres ancestrales, como si no hubiera pasado el tiempo, los siglos, ignorando el progreso rotundamente.

Son hombres y mujeres que resisten la tala de los madereros, mientras la organizaciones humanitarias se empeñan en protegerles, para que no tengan que abandonar sus lares, sus habitáculos tan primitivos. José Carlos dos Reis Meirelles, dirigente de Protección de Indígenas Aislados, establecido entre Perú y Brasil, ha declarado recientemente: "Lo que está ocurriendo en esta región es un crimen descomunal contra la naturaleza, los pueblos indígenas, la fauna, así como una prueba evidente de la completa irracionalidad con la que nosotros, los civilizados, tratamos al mundo, casa de todos nosotros". Añadiendo acerca de los pueblos indígenas: "Esto es realmente importante porque algunos dudan de su existencia". Y asegura que cuando sobrevoló determinado poblado una mañana, lo contempló lleno de gente, hombres lo mismo con melenas que con las cabezas afeitadas y mujeres con faldas de tejidos, y se lamenta de que no se conozca el lenguaje que usan. Cuenta también, que al volver por la tarde, las mujeres y los niños se habían escondido, pero los hombres pintados de rojo y negro lanzaban flechas a la avioneta. Lo cual significa que desean mantenerse en la selva, que no quieren intrusos, que le temen a la civilización, en una palabra.

Por su parte, Fiona Wastson, coordinadora de campañas de Survival Internacional, estima que hay unos cien pueblos aislados en todo el mundo, por lo que los gobiernos deben reconocer sus derechos y protegerlos, para que continúen en su habitad natural. Considerando lo expuesto por sus defensores, nos quedamos con una sensación de duda, de perplejidad, preguntándonos si es lógico que existan personas que no gocen de los adelantos de la ciencia y de la tecnología, porque se piense que realmente sea mejor para ellas vivir como en los tiempos de las cavernas, por muy paraíso que pueda parecerles la selva. Se supone que cada lector tendrá su creencia acerca de la cuestión.