El lanzador de cuchillos

Un libro que no se equivoca

El transgenerismo no es más que un gran negocio disfrazado de lucha por los derechos civiles

A los profesores de la Universidad de Oviedo José Errasti y Marino Pérez Álvarez les están haciendo la campaña de promoción de su último libro el movimiento queer -unos/as/es cuantos/as/es de cuyos/as/es miembros/as/es asientan sus posaderas en los bancos azules del Congreso- y algún rector cobarde como el de la Universidad de las Islas Baleares, que decidió la cancelación -palabra clave en lo que antaño fueron templos de la reflexión crítica y la libertad de opinión- de la conferencia sobre transexualidad que los autores de Nadie nace en un cuerpo equivocado iban a ofrecer en la Facultad de Psicología de dicha universidad.

Nadie nace en un cuerpo equivocado es un libro brillante que contiene un análisis riguroso y bienhumorado, apoyado en tesis fundamentadas y que invita a pensar -¡anatema!- y a desafiar el lenguaje triunfante de la teoría queer.

Para los autores, lo queer se ofrece a los adolescentes como una nueva subcultura, aceptada con entusiasmo por muchos de ellos, que caen completamente seducidos por sus promesas de redención, transgresión y progreso, por más que su raíz ideológica sea profundamente retrógrada, sexista y, ¡oh, sorpresa!, teledirigida desde el mismo corazón del capitalismo. Creer que el bombardeo político, mediático, médico y educativo relacionado con la visión queer de la identidad de género responde al sincero interés del gran capital por los problemas que acucian a un 0,03 % de la población mundial es de una ingenuidad rayana en la simpleza. El transgenerismo no es más que un gran negocio disfrazado de lucha por los derechos civiles de las personas. Sólo la ingente cantidad de dinero que empieza a mover la recentísima industria de la autodeterminación de género explica que unas teorías surrealistas y absurdas, objeto hasta hace poco de chistes y de memes, se hayan instalado en las legislaciones, los colegios y los periódicos sin resistencia alguna, convertidas en dogmas respecto de los que no se puede disentir si uno no quiere jugarse un acto de repudio o una denuncia de la Fiscalía. Es la sinrazón elevada a la enésima potencia, pero la estupidez, como la tarántula de la zarzuela, "es un bicho mú malo: no lo mata ni piedra ni palo". Los profesores Errasti y Pérez Álvarez son, sin embargo, tipos optimistas que creen aún en el ser humano. Concretamente, en el hombre y en la mujer. Y lo explican muy acertadamente en un libro oportuno y necesario.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios