El ‘liderito’ defiende a Mazón

04 de noviembre 2025 - 03:06

Dijo Mazón al dimitir: “Cometí errores, debí cancelar mi agenda y pedir la declaración de emergencia”. ¿Ha necesitado un año para darse cuenta y hacer ahora –escandalosamente tarde para él y dañinamente tarde para su partido– lo que debió hacer entonces? ¿Solo los insultos de las víctimas en el funeral le hicieron caer en la cuenta de su nefasta gestión y su culpable inconsciencia el día de la tragedia? ¿Feijóo carece de autoridad en el partido para haberle obligado a dimitir hace un año o carece de entendederas para comprender desde el primer momento que la persistencia de Mazón en el cargo era una infección que precisaba una amputación radical para que no se extendiera por todo el partido? ¿Esta es la pésima oposición que debería ofrecer una alternativa al aún más pésimo Gobierno de Sánchez (ayer el PP y Mazón le hicieron un impagable favor a García Ortiz encabezando todos los titulares)? ¿Una vez más el PP va a mostrarse preso de su socio o apoyo caníbal que le quita mucho más de lo que le da (no se olvide que una de las causas de su caída entre mayo y julio de 2023 fue el pacto-exprés con Vox en Valencia)?

Y no rectifican. Como “un compañero que ha reconocido equivocaciones, pero que también ha sufrido una cacería política y personal”, pero que “no es un asesino”, ha definido Feijóo a Mazón. Lo último es cierto: no es un asesino, aunque demostró una irresponsabilidad y una insensibilidad escandalosas al no ponerse desde el primer momento al frente del operativo que debía afrontar la dramática situación. Pero olvida que ha reconocido las equivocaciones un año y muchas versiones contradictorias más tarde. Que no se ha tratado de una cacería política y personal: ha sido Mazón quien se ha puesto a tiro disfrazado de perdiz torpeza tras torpeza, versión tras versión de lo que hizo aquel día. Y desde luego el liderito del PP no se ha debido permitir afirmar que “ha decidido dimitir porque la situación y su fortaleza personal no le dejaban seguir” y que “les da una lección a los que no asumen nada, por muy grave que sea”. Las dos únicas lecciones que Mazón ha dado son negativas: un alto responsable político no debe ausentarse durante una crisis de trágicas consecuencias y, si lo hace, debe asumir su responsabilidad y dimitir en el momento, no un año después.

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