DE gasto, fijado en la reforma del artículo 135 de la Constitución - y que fue uno de los pocos acuerdos útiles de verdad entre Zapatero y Rajoy en la pasada legislatura - es lo que ahora propone Pedro Sánchez que sea 'retocado'. Todo a cuenta de una iniciativa de Izquierda Plural para que se debata en el Congreso si se da prioridad al mantenimiento de los servicios públicos o al pago de la deuda. Esta propuesta, cuando menos me llama la atención, pues el propio Pedro Sánchez votó a favor de la reforma del artículo 135 en su condición de diputado del PSOE, allá por 2011. Resulta que una de las medidas, acordadas por los dos grandes partidos, que en su momento ayudó en gran manera a que la UE no nos interviniera, ahora ya no sirve. Vamos a ser sensatos por una vez. Si resulta que limitar el techo de gasto no supone otra cosa que obligarnos a no gastar por encima de lo que ingresamos, cómo es que en plena crisis esa medida viene a carecer de sentido. Con todos los sacrificios que este Gobierno ha impuesto a los trabajadores para lograr el equilibrio presupuestario, ¿ahora lo vamos a poner en riesgo? Recuerden que lo del cumplimiento del objetivo de déficit fue una condición de obligado cumplimiento impuesta por la troika comunitaria a nuestro Gobierno. Que no se trataba de una medida de quita y pon, sino de apechugas con lo que te mando o tu economía queda de facto intervenida.

¿Dónde está el dilema? Acaso es posible ni tan siquiera plantearse que porque desaparezca el techo de gasto van a ir mejor los servicios públicos. Yo entiendo que es justo todo lo contrario. Si no somos capaces de pagar nuestra deuda, los inversores no confiarán en nuestro incipiente crecimiento económico, y si no hay apuesta inversora por nuestro país, la economía se paraliza. No, señores políticos, este no es un caso de prioridades. Pues de donde nada hay, nada se puede sacar. ¿Cómo vamos a pagar unos servicios públicos de calidad si la deuda soberana sigue por las nubes? Lo primero será devolver lo que nos prestaron, pagar nuestras trampas, y cuando la casa esté limpia del todo la podremos amueblar. ¿Cómo se explican ustedes que nuestra prima de riesgo haya bajado hasta los 129 puntos básicos? Eso no se logra si los mercados no tienen confianza en nuestra recuperación económica, o dicho de otro modo, si los inversores no tienen seguridad de que los euros que arriesguen en sus negocios, acabarán siendo rentables.

Asistimos a un auge del populismo llevado a la escena política, pero no todo lo que es posible en la esfera de la política, es viable en el estrecho margen que cabe en las prácticas económicas. Se pueden establecer medidas que garanticen la financiación de la sanidad, la educación, los servicios sociales y las pensiones, sin por ello tener que abandonar el objetivo primario de cumplimiento del equilibrio presupuestario. Sigan ustedes por la senda de los últimos meses y acaben de una vez por todas con los escándalos de corrupción en sus filas. Que todos los corruptos y defraudadores que militan en sus partidos devuelvan hasta el último euro arrebatado a las arcas públicas. Por esa vía se acabará con uno de los agujeros por los que se escapan los millones de euros que hacen falta para mejorar la calidad de los servicios públicos que las diversas Administraciones deben prestar a los ciudadanos.

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