La llegada del calor

Hay que tranquilizarse. Las previsiones auguran la bajada de las temperaturas para el otoño y el invierno

Gran noticia: con la llegada del verano viene el calor a Andalucía. Las temperaturas serán más altas a mediodía que por la noche, al sol hará más calor que a la sombra y en zonas costeras y montañosas serán menos elevadas que en el interior y la campiña. Menos mal que las autoridades sanitarias velan por nosotros y nuestra salud, aconsejándonos no practicar deporte ni hacer ejercicio a las horas medias del día y utilizar ropa ligera de fibras naturales, evitándose las sintéticas que dificultan la transpiración. Hay que beber agua en abundancia, transitar por las aceras de sombra en lugar de las de sol, no ingerir comidas copiosas como potajes y guisos variados, utilizar protectores solares y tomar duchas de agua fría. Se aconseja usar sombreros, gorras o un pañuelo en la cabeza, como siempre han hecho los hombres y mujeres en las labores del campo.

Los medios informativos se encargan de repetir una y otra vez estos consejos de las autoridades sanitarias y de diversas entidades relacionadas con el mundo de la salud y la prevención. Al ser nuestra sociedad cada vez más urbana y menos rural, deben pensar mentes tan lúcidas que el urbanita desconoce los efectos del calor y las maneras de combatirlo. La sabiduría popular transmitida de padres a hijos ha dado paso al conocimiento derivado de la información a través de suplementos dominicales de periódicos y programas televisivos relacionados con la salud.

Hay que tranquilizarse. Las previsiones meteorológicas auguran la bajada de las temperaturas para el otoño y el invierno, pudiéndose volver a ciertas costumbres que se irán anunciando a medida que sean necesarias. El consumo informativo tiene estas cosas y los diarios televisivos, por cuestiones de horario, deben durar el tiempo previsto, suceda lo que suceda. Añadiría que si surge algún problema de salud, sea a consecuencia del calor o por causas generales, hay que procurar evitar el desplazamiento a los centros hospitalarios. Las vacaciones de los profesionales y la escasa contratación de sustitutos, suponen un peligro para la salud. Es preferible quedarse en casa, eso sí, a la sombra, con la ropa adecuada y bebiendo gran cantidad de líquidos. Las autoridades sanitarias advierten así de los riesgos del calor y de las consecuencias nefastas derivadas de no cumplirlas. Todo sea por la salud y por la correcta utilización de los recursos. Amén.

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