ES cierto que si llueve en abundancia se forman charcos y que numerosos inmuebles se anegan, una verdad de perogrullo, pero eso tampoco debe servirle a la delegación provincial de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía como excusa única para los numerosos incidentes que se han producido durante la pasada semana en los colegios jerezanos. Algunos de ellos tenían justificación, pero en otros las razones alegadas eran un poco dudosas, porque tampoco parece muy normal que el agua salga por los retretes, como ocurrió en el colegio de Montealegre. A todo esto hay que sumar otros asuntos como el retraso en las obras del instituto Coloma o las deficiencias en un colegio recién inaugurado como el Guadaluz.