Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

La mala gestión de un error

El caso de Antonio Saldaña es un claro ejemplo de la mala gestión de un error. El edil reconoció, como no podía ser de otra forma, que se equivocó al conducir bajo los efectos del alcohol y chocar contra tres coches. Fue el pasado 14 de mayo y desde entonces se sigue hablando de este asunto porque desde aquel preciso instante el último candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Jerez ha realizado una gestión nefasta de su error. Comenzando por no ser él quien avisase a la Policía de su accidente y que tuviese que ser ésta la que acudiese a su domicilio. Continuando por no dejarse asesorar legalmente, en aquellas condiciones, cuando fue detenido y llevado a la Jefatura de la Policía Local para declarar. Siguiendo con decir, al día siguiente en una emisora, que el incidente se produjo después de una comida en la que estaba "trabajando por Jerez" y que bebió unas copas de amontillado porque así promociona este vino del Marco. No, no estuvo muy afortunado en las explicaciones que dio, como tampoco lo estuvo su partido, muy opaco, amagando y no dando a la hora de imponer la disciplina, con un primer cese completo de sus cargos y luego dejarlo a medias, lo que también ha traído sus consecuencias, pues a día de hoy Saldaña no puede ejercer como portavoz municipal ya que su compañero Antonio Montero no ha firmado su renuncia y el gobierno municipal se agarra a ello para no permitir el relevo.

Se equivocó Saldaña entonces y se sigue equivocando ahora cuando cuatro meses después se ha conocido que el juicio rápido se celebró, como su propio nombre indica, al poco tiempo del incidente con el resultado de 840 euros de sanción y unos meses de retirada de carnet. Haberlo contado entonces, y no negar la mayor, como si el juicio aún no se hubiese celebrado, sólo contribuye a alimentar la desconfianza. Y no vale justificarse alegando, como han hecho el concejal y su partido, en que se trata de un "asunto estrictamente personal". ¿En qué quedamos? ¿No fue consecuencia de un almuerzo en el que, como dijo el propio Saldaña, estaba "trabajando por Jerez"? ¿Desconecta un cargo público cuando se monta en su coche y circula por una vía pública? Ben Bradlee, prestigioso director de 'The Washington Post', dijo sobre la diferencia entre lo público y lo privado: "Senador borracho en su casa, asunto privado. Senador borracho en el Senado de los Estados Unidos, asunto público".

Tal vez si Antonio Saldaña hubiese hecho desde el principio una gestión distinta de esta crisis que le afecta a él en lo personal y en lo político, con consecuencias en su partido, ahora hablaríamos menos de este caso -o de otra forma- e incluso se podría haber pasado página, como ha sucedido en otros casos de políticos de diferentes partidos que continúan en activo. O tal vez estemos ante el caso de un político que, hubiese hecho lo que hubiese hecho tras su humano error, habría acabado condenado para siempre política y socialmente porque apuntaba muy alto, ha apostado muy fuerte y se ha creado enemigos fuera y dentro de su partido.

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