Si ha llegado a considerarse histórica la fecha del lunes 28 de enero por la designación de Sevilla como sede de la final de Copa, la de hoy queda fuera de todo calificativo. Día para los anales del fútbol según Sevilla por la posibilidad de que tanto Betis como Sevilla puedan entrar en semifinales y, por ende, ser candidatos a estar el 25 de mayo en la hierba del Benito Villamarín, conque a ver quién le pone un perejil a este miércoles.

Será el viejo Stadium de la Exposición una caldera hirviendo por llevar al Betis en volandas. El resultado de la ida fue bueno y da mucho pie al optimismo. Aquel último gol de Sanabria como bético insufló de optimismo a la fiel y muy numerosa clientela verde, blanca y verde de cara a doblegar al Espanyol. Vale el empate sin goles, pero no debe ser ésa la base con que plantear la batalla, ya que jugar mirando al crono o al marcador ayuda a veces a irse del partido con funesto resultado.

Y si no hay prórroga, a renglón seguido afronta el Sevilla un ilusionante compromiso. El concluyente 2-0 de la semana pasada en Nervión es aval aparentemente suficiente para pasar el duro fielato que siempre es el Barcelona. Los goles de Sarabia y de Ben Yedder a Cillessen en la ida es una renta considerable, pero mucho nos tememos que el Barça que salte esta noche al Camp Nou se parezca al del pasado miércoles como se parece un huevo a una castaña, poquísimo, casi nada.

Pase lo que pase, este miércoles 30 de enero, festividad de San Teófilo y otros, amanece como un día grandísimo para el fútbol según Sevilla. En el horizonte obsesiona ese 25 de mayo, sábado florido y hermoso. Estar en Heliópolis ese día se ha convertido desde este lunes pasado en un claro objeto de deseo compartido por nuestros dos equipos. Todo empieza a las siete y media en Heliópolis para acabar cerca de la media noche en Barcelona. Silencio, se rueda; no va más.