Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

El momento de ser ejemplares

Dentro de la desgracia general, tratemos de quedarnos con cosas positivas que den fuerza y alimenten la esperanza. Que los mandos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que algo saben de situaciones comprometidas y han estado en escenarios de todo tipo, hayan dicho esta semana que el comportamiento de los jerezanos durante la cuarentena está siendo ejemplar es uno de esos comentarios que gusta recibir en estos momentos. Quienes han venido a realizar, entre otras, tareas de desinfección en diferentes espacios, no se podían creer que estaban en una ciudad con más de doscientos mil habitantes por el escaso número de personas que encontraron a su paso por las calles. Esta impresión, que no un dato constatado, es la que se han llevado en la UME después de haber pasado por otras ciudades y eso debe ser motivo de orgullo para tantos y tantos ciudadanos que estos días están cumpliendo con las obligaciones que se establecen en el decreto de estado de alerta. También para cambiar tantos estereotipos que se ponen a quienes vivimos en el Sur. Naturalmente que hay quienes no lo están haciendo. Insensatos los hay en todas partes pero queremos pensar que aquí son los menos. Necesitamos creérnoslo.

Y, por supuesto, no tomar las elogiosas palabras de la UME como un motivo para bajar la guardia, sino todo lo contrario. Queda mucha batalla por delante y mantener y fomentar la disciplina es fundamental. Como lo es también la generosidad que no cesa.

En las páginas de este Diario no hay espacio para tantas y tantas muestras de solidaridad que estamos viendo en Jerez estos días. Desde las grandes empresas que donan productos de primera necesidad para sanitarios o personas en situación de abandono -y que ponen a disposición sus centros de producción- a las pequeñas y medianas empresas que dan todo lo que tienen y a las muchas personas anónimas que quieren ayudar de alguna forma, cuidando a sus vecinos, a sus hijos, o incluso fabricando mascarillas. Una ola de solidaridad que demuestra la fuerza que tiene la sociedad civil en momentos difíciles y que debería abochornar a muchos poderes públicos que no están a la altura.

Otros, en este 'tiempo entre balcones', ofrecen su arte a los demás con la mejor intención y reciben además una buena terapia contra la desesperación. O incluso crean a través de las redes sociales páginas con las que ayudar tanto a pequeños como mayores o para ofrecer actuaciones musicales en directo... El listado de la generosidad es tan largo que probablemente nos sorprenderemos en los próximos días de la capacidad del ser humano para ayudar a los demás. Es la mejor manera de sobrellevar situaciones difíciles como la que vivimos, como también lo es homenajear y agradecer a quienes trabajan exponiéndose cada día, desde un sanitario a un empleado de un supermercado. Ese homenaje, junto a más medios materiales, es la mejor medicina que pueden recibir para hacer frente al enemigo sin desfallecer.

Estos días recibimos muchas noticias negativas porque la realidad tristemente es así. Pero, cuando todo termine, quedémonos sobre todo con las positivas, que son las únicas que realmente ayudarán a recuperarnos.

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