CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

La necesidad como acicate imperativo

EN plena primavera, considero los compromisos de trabajo adquiridos para antes de que aparezca el verano. Y advierto que tengo por delante una responsabilidad, la que me lleva a la necesidad de desarrollarlos con prontitud y el indispensable esmero. Y caigo, pues, en la cuenta de que la necesidad que siento es algo que hay que superar para consumar todo proyecto, realizándolo desde la necesidad misma. Un sabio, quiero recordar, descubrió que a la implacable necesidad se acomodan voluntad y capricho, partiendo quizás de la base de que la necesidad agudiza no solamente el ingenio sino hasta el espíritu. Por eso, ante tamaña verdad, me asalta una pregunta mayúscula: ¿Un hombre sin necesidades cómo viviría? Una duda siempre produce otra: ¿Sería una especie de dios? No hay que intentar dilucidar lo imposible. Es imposible vivir sin necesidades, aunque se diga que a menos necesidades mayor libertad, no creo en tan simple teoría. Es todo lo contrario. A mayor libertad todo individuo necesita experimentar más sensaciones y adquirir más experiencia. Y muchas veces no es la fuerza de una sola necesidad la que nos estimula o nos obliga, que las dos cosas pueden ser, al emprender una tarea y persistir hasta rematarla. Puede existir la necesidad sensorial que nos aboque al trabajo. O puede ser la necesidad material la que nos soliviante a determinado quehacer. Lo ideal es que ambas necesidades se complementen. Cuando así sucede, se configura una necesidad portentosa, que es la necesidad que se me revela. Y heme aquí en la plenitud de la primavera, con una vasta tarea esperando que la emprenda y la resuelva, como supongo que estarán muchas otras personas en el mismo envite o brete. Y ante la situación y para indagar qué han argumentado los grandes pensadores sobre la necesidad, me he dedicado a buscar definiciones al respecto. He aquí algunas: "La necesidad enseña claros los más oscuros y desiertos caminos" (Mateo Alemán); "El que dice que todo acontece por necesidad nada pueda objetar al que niega que todo acontece por necesidad, pues esto mismo afirma que acontece por necesidad" (Epicuro); "Gran muestra de flaqueza es no poder sufrir la necesidad" (P. Juan de Mariana); "La satisfacción de una necesidad crea otra" (Abraham Maslov); "La necesidad agudiza prematuramente el ingenio" (R. Browning); "La ley es poderosa, pero más lo es todavía la necesidad" (Goethe); "Cuántas menos necesidades tengáis, más libres sois" (C. Cantú); y "La necesidad constituye una excusa para toda violación humana" (W. Pitt Chatman). Naturalmente, podríamos continuar reseñando definiciones de la necesidad, aparecen en todo los diccionarios de citas y de pensamientos. Mas en mi caso concreto, me sobra con saber que estoy completamente seguro de que no es una sola necesidad la que me obliga, porque me palpita otra que me divierte, por lo que finalmente he llegado a concluir lo siguiente: me alegro muchísimo de tener la necesidad imperativa de llevar a cabo mis compromisos de trabajos literarios, porque que como dice un personaje de Shakespeare, al que hay que hacerle caso siempre: "No hay virtud superior a la necesidad". Lo tengo claro.

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