En la iglesia de San Peter de la ciudad de Augsburgo, en Baviera, existe un cuadro con la imagen de una Virgen que desata los nudos de una cinta que le pasa un ángel. La obra, de Johann Georg Melchior Schmidtner, representa que la vida es, entre otras cosas, una sucesión de nudos.

Las relaciones humanas, al complicarse, no solo resultan dolorosas, sino que se enredan. Es difícil desatar el nudo de una infidelidad, de un abuso o de una mentira. Desconsuela darse cuenta de que el amigo a quien quisimos tanto nos utilizó, que en la soledad nadie acudió y que ante la blasfemia no hubo quien nos defendiera. Es aún más intrincado cuando la aflicción proviene de los seres amados, de quienes no se espera daño alguno. Hay nudos que se desatan y otros que permanecen a lo largo del tiempo. Estos últimos son como las cuentas de un rosario, donde lo más que podemos hacer es pasarlos entre los dedos de la mano una y otra vez hasta que el desgaste logre acallar la pena.

Pero también existe la posibilidad de que nosotros seamos un nudo para otras personas. Cuando se carece de tolerancia, de empatía o de prudencia, por mencionar algunas características, nos tornamos difíciles para los demás. Un amigo Carmelita Descalzo me refirió que otro religioso de su comunidad enfermó y no se podía valer por sí mismo, por lo que acordaron dividirse las tareas para atenderle entre todos. Lo que resaltó de esta experiencia fue la actitud de cooperación del paciente, siempre solícito, sonriente, sin quejarse de las curaciones ni cuestionar los métodos. Todo lo recibía con agradecimiento y facilitaba las cosas a sus cuidadores. Lo aceptaba todo de buen grado evitando convertirse en un nudo con el que los demás tuvieran que lidiar.

No todos los nudos pasan por las manos divinas de María. Muchos se quedan destilando amargura, tensando la cuerda y haciéndose cada vez más destructivos. Los hay que pueden torcer una vida o desgarrarla. Depende de cada uno manejarlos no solo con la razón, sino hasta con la indulgencia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios