A rienda suelta

Noemí González / Ngonzalez@diariodejerez.com

Yo no te olvido...

LLEGA este día y siempre se me viene a la mente esa canción. La culpa de todo la tienen las películas de ese cine de barrio que han repetido hasta la saciedad y que siempre he observado con curiosidad, ya que no dejan de ser un cuadro de costumbres de nuestro país, incluida la boina de Paco Martínez Soria. Pues sí, 'San Valentín, ¡yo no te olvido!' era una de las pegadizas canciones que iban tarareando las chiquillas por la calle cada vez que se acercaba el 14 de febrero. Lo de este día es pura tradición, como muchas fiestas de este tipo a las que sólo les falta el celofán y un gran moño; eso sí, rojo, por favor. Ya hemos tenido la ración en el telediario de turno de por qué nos enamoramos, cómo el cerebro se nos queda tan 'colgado' para no darnos cuenta de los fallos de la persona que nos ha cautivado y ese tipo de historias. La cara positiva de esta fiesta es que al menos las floristerías y algunas tiendas de equipamiento personal verán cómo incrementan sus ventas. ¡Bendito San Valentín!

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