Tribuna Cofrade

Jaime Betanzos Sánchez

Las redes del Pescador

LA muerte es el último precipicio al que se enfrenta el vencido y el olvido es la mayor humillación a la que el muerto puede someterse. En este sentido, los sectores acérrimamente laicistas de nuestro tiempo no cesan en su empeño de enterrar una fe que consideran un ataque frontal a su antropocentrismo fallido. Esa manifestación ególatra y anacrónica conduce a la sustitución de Dios por otras deidades, generalmente terrenales e inestables.

Por suerte, la convivencia pacífica entre el ateísmo y la fe es posible en el marco de un Estado aconfesional. A pesar de la cruzada que algunos se empeñan en declararle a lo divino, la religiosidad popular no desfallece y se mantiene en alza año tras año. Los carteles, los palcos y los pasos salen a la calle y la ciudad los acoge como algo indisolublemente suyo. Es esta la comunión total entre el Pueblo de Dios y su Iglesia.La Semana Santa es una entelequia que tratamos de materializar durante todo el año. Pero en los últimos años viene ocurriendo que esa manifestación pública traspasa los límites de la realidad palpable para conquistar espacios inimaginables. El debate –la tertulia, información- ya no está exclusivamente en los templos, en la radio o en la casa de Hermandad. El relato de las Cofradías ha sucumbido a la inmediatez, la globalización y la eficacia de Internet.

La forma de comunicar ha mutado y ya pocos buscan la emisora -o el canal- en el día y a la hora que se retransmite el programa cofrade de cabecera. Los cultos se difunden en directo por el canal de Youtube de la hermandad, la agenda de la corporación llega por whatsapp y por Facebook se estima quién asistirá a la próxima convivencia. Hace algo más de 6 años que el Obispo de Roma se comunica con los fieles a través de twitter y, día a día, cientos de sacerdotes escriben en 240 caracteres la síntesis del Evangelio de la jornada desde sus perfiles personales.

Dios ha muerto, dijo Nietsche. Y aún reverberan los ecos de esa afirmación en los labios de muchos mientras Dios se hace viral en las redes sociales. En muchas ocasiones, negar la realidad es fruto del desconocimiento. Dios murió, pero resucitó al tercer día. Hoy su imagen –el Prendimiento, la Exaltación, la Buena Muerte- y su mensaje viajan a través de la red con una naturalidad pasmosa.

Así es como muchos ajenos a la Cuaresma y sus indicios se preparan –casi sin quererlo- para una nueva Semana de Pasión. La omnipresencia de Dios goza de una vigencia extraordinaria. No está muerto ni olvidado: nos interpela desde lugares inhóspitos a cualquier hora del día. El Pescador de hombres utiliza redes más actualizadas. Por ello, después de 40 días de todo tipo de contenido cofrade en la cronología de sus perfiles, no sería de extrañar que algún escéptico se sumara a las filas nazarenas.

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