ACABA la Feria de Jerez pero también estamos casi al final del curso cofrade. A la vuelta de la esquina está la procesión del Corpus Christi y más allá, la de la Divina Pastora de San Dionisio que dará el banderazo final. Un ciclo que se retomará tras la procesión de la Patrona. Todo esto sin contar con el día de la Virgen del Carmen que es un maravilloso oasis en el desierto del verano cofradiero.

Por tanto se inicia prácticamente aquí y ahora lo que ya se ha venido a denominar como los ‘veranos calientes’. Y que nadie vaya a pensar que el que suscribe esta columna ya está comenzando a enredar para mantener entretenidos al mundillo cofrade. Las preguntas están en el aire y muchos se las hacen: ¿Habrá un verano movido en lo informativo? ¿Tendrán los cofrades tiempo para bajar a la playa sin tener que montar una tertulia improvisada en el chiringuito de Valdelagrana o en la Costilla de Rota? ¿Habrá carrera oficial que diseccionar o no se hablará del trazo común de la cofradías este verano? Son preguntas que quedan el aire. Ni tan siquiera el consejo que preside Dionisio Díaz se inclina hacia una tendencia de tranquilidad y sosiego o a un verano movido.

Sin embargo, tarde o temprano, habrá que repasar de nuevo el itinerario común de las cofradías. Este medio ha podido saber que el prelado pretende dar una solución de una vez por todas. Y nos llega la posibilidad de que el monumento a las cofradías sería un buen arranque con la famosa ‘u’ en el Arenal. Ya estamos en el lío otra vez.

Por otro lado, hay un asunto en las cofradías que está a punto de explotar. El tema sobreviene, además, desde el mundo de abajo. Y ya sabemos que todo lo que sea costalería y trajes negros venden bastante. Hasta ahí se puede leer. Esperemos que el verano no llegue con mucho levante. Ya se sabe las jugadas que hace pasar tanto viento a las cabezas pensantes. Más que nada lo digo para que se inicie un tiempo de disfrute en la playa y en el chiringuito. Y así nos damos un verano de tregua. Sólo caliente en lo meteorológico, por favor.