A rienda suelta

E. M. / Cañas

En mi país no se dimite

EN estos días, leer un periódico, oír una radio o ver un televisión es enfrentarse a una cascada de casos de corrupción. Los casos de Bárcenas, de Urdangarín, de Pujol o de los Eres colapsan la actualidad. Y ante tanta avalancha, a veces, se pierde la perspectiva de la gravedad de todo lo que está pasando. Vemos como la corrupción ha paseado a sus anchas por nuestras administraciones públicas durante años y estoy convencido de que el problema no ha mejorado excesivamente, solo que ahora se cuidan un poco más las formas. Y lo peor de todo es que nadie dimite. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario y, para demostrarlo hacen falta diez años, miles de folios de instrucción y un milagro para que no haya un resquicio legal donde sustentar una prescripción. En algunos países dimiten por copiar una tesis o un examen; en el mío solo para fichar por una empresa privada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios