Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

De los palabros impredecibles

Cualquier lengua está en permanente evolución, y son las academias del ramo las curadoras del idioma común. Recuerdo que me costó hacerme al neologismo "pasar de" (piensen hoy en "postureo"). Calculo que se fraguó en el habla de los setenta tardíos: me ha pasado con muchos otros, y también hemos visto surgir con fuerza palabras nuevas, normalmente coloquiales o de origen marginal, que no duraron más de un par de años. Comenté esto con un amigo de sesentaitantos y me confirmó que él no lo había agregado a su habla nunca porque cuando surgió le cogió talludito y lo veía muy cheli: él pasaba de pasar. Cada uno es hijo de su tiempo, también en su hablar. Y la evolución es buena, o como mínimo natural (natural y evolutiva es la muerte, que buena del todo no es).

Hay otra forma de trucar y colocar el mensaje, que en el fondo tiene como objeto diferenciarse y posicionarse ante ciudadanos o votantes, y rivales. No es por tanto evolutivo, sino mercadotécnico, estratégico, "con causa". Su propósito es forzar la lengua, y suele provenir de la política y sus satélites comunicativos. Y forzar, más que evolución, implica involución, aunque a veces quiera colarse como revolución. Nombraremos algunos de los nuevos palabros que parecen querer convertir a las formas en el fondo, y propongo, ya puestos, uno para definir el plan: fachadismo. Vemos algunos de las innovaciones indispensables en la farfolla de los gladiadores sociales con micrófono público, y después de sus ovinos émulos de velador y mitin (consciente yo de que estos ensayitos envejecen malamente).

Transversalidad, por supuesto, con rotundo éxito: quizá Abascal acabará diciendo algo como "la unidad de España es transversal a sus gentes y tierras, herederos de un Imperio también transversal". No horizontal, que ya valdría, sino transversal: si lo usas te das pisto, se te verá pericia, cargo, taller y seminario. Tras este nuevo recurso expresivo rey de la política de plástico van surgiendo otros. "Racialización" (racializar y racializado), que todavía no puedo definir con precisión: no entiendo si es bueno o malo, pero tiene que ver con ser identificado por la raza. Y otro, que España y la RAE deben ya reconocer oficialmente, por ser tan nuestro: "confrontativo". Lo definiré con un ejemplo: "la legislatura estará marcada por las posiciones confrontativas de los partidos, que les son muy rentables y visibilizan y transversalizan sus políticas una barbaridad". Y otra, ya asentada. Decía una amiga ecologista: "Cada vez más, cuando oigo a alguien decir dos veces 'sostenible' me echo mano a la cartera".

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