El lanzador de cuchillos

Para partirse la P...

En materia de crímenes femeninos, la prensa, entre el rigor y el humor, siempre elige el humor

Alos medios de comunicación -especialmente, a los progres- les hace muchísima gracia que una señora le rebane los huevos a un caballero. Lo tengo comprobado: cuando son ellas las que ejercen la violencia contra el hombre, el tratamiento habitual de la información es chistoso, exculpatorio de la mujer o difamatorio para la víctima. A menudo, las tres cosas a la vez. El último ejemplo de lo que digo tiene que ver con la camarera que cortó el pene a su jefe en un bar de Sant Andreu de la Barca, en Barcelona. En cuanto se conoció el hecho, indiciariamente delictivo, los medios y las redes decidieron celebrarlo con una orgía de titulares y comentarios jocosos. En Buenismo bien, ese programa de la Ser que reúne en sí el credo trinitario de la izquierda cuqui -la superioridad moral, el monopolio de la ofensa y la exclusiva del ingenio- no lo dudaron: la cosa merecía un ambiente festivo de feminismo destroyer. Para eso tienen en nómina a Henar Álvarez, de la que ya tiró la cadena para presentar Tramas Maestras, un artefacto woke que ofrecía a los oyentes, según la propia emisora, "un espacio en el que aprender sobre la influencia del cine y las series en el relato social desde el humor y la perspectiva de género". A Henar, capaz, si la dejasen, de arrancar con sus propias manos la estatua ovetense de Woody Allen, que la camarera bangladesí le arrancase de un tajo las partes pudendas a su compatriota Abdul no sólo le pareció encomiable, sino también descacharrante. "Cariño, te has quedao sin rabo". ¡Qué risa, tía Felisa! Un columnista de La Vanguardia también se mofaba del pobre Abdul con expresiones sandungueras como "cortó por lo sano" o comparando el dolor que debió sufrir con el que sentía Unamuno por esta patria nuestra, morada de cachondos de todo pelaje.

La coartada moral es siempre la misma: una mujer que le corta a un hombre sus atributos sexuales sólo puede hacerlo en defensa propia. Hermana, yo sí te creo y toda la chatarra intelectual del juanarivismo. Da igual si, como informa Manu Marlasca, jefe de investigación de La Sexta, Abdul -que estaba casado- y Tania tenían una relación amorosa y, según las pesquisas de los Mossos, la agresión fue una venganza de ella porque su amante se negaba a dejar a su legítima. En materia de crímenes femeninos, la prensa, entre el rigor y el humor, siempre elige el humor. El humor infamante para la víctima, por ser más precisos. Así que ya lo sabe, querido lector: si un día a su santa se le va la mano con el cuchillo jamonero el periodismo patrio se partirá la polla.

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