La patada (presunta) de Errejón

Íñigo Errejón lo niega todo, pero hay denuncia, testigos y hasta cámaras

A cierta edad se quisiera prescindir de relaciones asimétricas no sustentadas por la natural jerarquía de las cosas. Es decir, no pretendo recibir el mismo trato que el Rey, ni siquiera que la alcaldesa de mi pueblo, pues comprendo que la autoridad es la autoridad, pero tampoco debiera uno sufrir que, entre la gran masa de iguales, algunos lo sean más que otros. Es de sobras sabido que ni en la amistad, no digamos en el amor, ni en el trabajo hay dos que se quieran o curren lo mismo. Siempre existe el que abusa del afecto o la buena disposición del otro. Es inevitable y va en nuestra condición, ya, pero cuando eso se convierte en costumbre, peor aún en norma, es el momento de hablar alto y claro antes de que la relación asimétrica nos envenene la vida y la convivencia.

También en la política y en las relaciones entre los políticos y los medios. Les supongo enterados de la brutal patada (presunta) en el estómago que el diputadito Errejón propinó hace unas semanas a un hombre de 67 años, enfermo de cáncer de colon, al que también presuntamente provocó una muy fea hernia abdominal. Errejón lo niega todo, pero lo cierto es que hay denuncia formal, testigos y hasta cámaras callejeras por medio. Ya veremos en qué para la cosa, que pinta fatal. Servidor no estuvo allí, ni a ciertas horas me pescarán nunca por Lavapiés, ni siquiera un 2 de mayo, fecha de autos, pero sí sé que si el implicado en un incidente de semejante gravedad hubiera sido Abascal no habría habido español ignorante del suceso a la salida del sol del día siguiente. ¿Imaginan los titulares con un Abascal o un Casado pateando borrachos -pues ese parece el estado en que se encontraba su señoría según delatan las cámaras, tanto si hubo pateo como si no- a un jubilado enfermo de cáncer? ¿Para cuántos telediarios hubiera dado la patada y sus innumerables derivadas personales, médicas, políticas y judiciales? Sin embargo, los hechos han sido sigilosamente ocultados hasta ahora, cuando un medio tan poco "prestigioso" como OK Diario ha decidido revelarlos, siendo así que se produjeron dos días antes de las elecciones madrileñas, y todavía hoy son muchos los que prefieren ignorar el escándalo. Y cuando eso ya es imposible, lo minimizan sin pudor. ¿Hasta dónde puede llegar la patente de corso bajo el pabellón de la izquierda? Me indigna la impunidad de Errejón, pero aún más la de los medios.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios