Desde mi córner

Luis Carlos Peris

El penalti de Messi o la genialidad de un genio

INEXPLICABLES muchas de las reacciones que se han producido tras el penalti que Messi convirtió en indirecto. Hablan de falta de respeto o de querer burlarse de un rival que bastante tiene con ir cayendo por goleada. No veo falta de respeto alguna en lo que puede considerarse como una frivolidad al alcance de muy pocos. Es como eso de Neymar de pasarse el balón de atrás adelante por encima de la cabeza y que provoca parecida respuesta.

Recuerdo que cuando Johan Cruyff, ya en el ocaso de su carrera ajacied, desempolvó esa treta al alimón con el danés Jesper Olsen nadie se rasgó las vestiduras. Ni siquiera los rivales de turno se sintieron ridiculizados, sino que se consideró como genialidad de un genio como el holandés. Y lo más curioso de todo es que los componentes del Celta, desde los futbolistas al entrenador, no se sintieron agraviados ahora, como no se sintieron agraviados las víctimas de los panenkazos.

Bueno, una vez sí se vio a un portero cabreado por no haber adivinado que su rival iba a emular a Antonin Panenka aquel día en que batió a Sepp Maier para darle a Checoslovaquia la Eurocopa del 76. Ese portero agraviado era Cobeño defendiendo la portería del Rayo y se lo llevaron los demonios cuando el bético Emana lo batió de un panenkazo imprevisible. Y lo único que consiguió fue multiplicar la hilaridad del público, únicamente eso, nada más... y nada menos.

El fútbol es un espectáculo caro y todo lo que contribuya para sacarlo de la rutina debe acogerse con agrado. Por ello resulta inexplicable que se califique de falta de respeto la excelencia con un balón en los pies. Todo lo que se haga con un balón es admisible como inadmisible es reírse de un rival caído o esas celebraciones desmesuradas en el corazón de una goleada. Bienvenida la ocurrencia de Messi y agradecido por abrillantar un juego tan hermoso como el fútbol.

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