Otra vez las caminatas matutinas van a dar pie para el espacio quincenal de la columna. Ya saben ustedes que llevamos mucho tiempo lamentando el estado de nuestras calles. Pero por mucho que uno escriba y denuncie, las cosas siguen igual. Ni porque tengamos en lontananza las elecciones municipales se atisba un esfuerzo por arreglar lo que, claramente, tiene arreglo y debe arreglarse. Las calles continúan con los mismos - o peores - baches; algunos, ya verdaderas trincheras de la Primera Guerra Mundial - para sufrimiento impenitente de los conductores y prueba de la resistencia de los vehículos. Y si las calzadas están malas, las aceras son auténticos campos minados. Tan es así que, cuando uno cumple la diaria encomienda facultativa de andar la horita anti colesterol, azúcar, triglicéridos, ácido úrico, transaminasas e hipertensión - la doble triada capitolina que ya les he comentado en otras ocasiones -, debe ir con todos los sentidos a punto para no tener un accidente por culpa de un tropezón absurdo. Pero, además ahora, hay que sumar a las calles en estado casi de postguerra, la cantidad de peligrosas planchas metálicas que existen y que, si no vas con mucho cuidado, corres otro gran peligro: resbalón superlativo, caída de espaldas y que sea lo que Dios quiera. Por culpa de todo ello, se tiene que ir mirando para el suelo para evitar lo inevitable que puede ser, como mal menor, una rotura de un hueso llamado piramidal. ¿Ustedes saben que tienen un hueso que se llama piramidal?. Pues tengan cuidado con las aceras y las planchas metálicas. Uno que tiene cierto interés por casi todo, con esto de ir mirando para abajo, ha aprendido la cantidad de empresas e instituciones que ponen planchas metálicas en las calles para que uno se rompa el piramidal. A saber: Alcantarillado de Jerez, Sevillana, la de antes, ahora Endesa, Telefónica, Aguas de Jerez, Ono... y termino ,ya, porque el espacio de la columna no da para más.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios