Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

El poder de las fuentes

Todos estaremos de acuerdo en que una fuente, o diez, por grandes que sean, no van a cambiar el signo de nuestras vidas. Las fuentes, más en esta parte del mundo donde el sol acostumbra a lucir con persistencia todo el año y con cualidades abrasadoras en verano, son lugares agradecidos térmica y hasta acústicamente. Y para los políticos, sean del signo que sean, ejercen un atractivo poderoso en todas las ciudades. Poco más se podría decir a partir de ahí; son agradables pero no son el paraíso en la tierra, por supuesto. Ahora bien, no tiene sentido tener fuentes con un valor patrimonial importante y que han sido construidas con un coste que aún soportamos como si fueran monumentos marchitos a la inoperancia y el olvido. Mala imagen.

El pasado viernes se volvió a poner en funcionamiento, con motivo del Día Mundial del Agua, la fuente del Mamelón, que llevaba bastante tiempo averiada, seca y abandonada. Es la tercera gran fuente que se arregla en este mandato municipal tras la del Arenal y la de la rotonda de los Casinos. Una inminente actuación, dicen, reactivará la última que queda, la de Santiago.

La última recuperación, llevada a cabo por Ayuntamiento y la empresa concesionaria del abastecimiento y saneamiento Aquajerez, ha sido calificada de "electoralista" por algún partido de la oposición dadas las fechas en que nos encontramos. Lógico. De manual. Pero no parece que un municipio tan endeudado como Jerez pudiese arreglar a la vez, con o sin ayuda privada, todas sus fuentes averiadas el primer año del mandato municipal.

El gobierno de Mamen Sánchez, fiesta infantil de piratas incluida, le ha sacado rendimiento -nadie lo duda- a un hecho que objetivamente es bueno para Jerez. Como lo hubiesen hecho otros, por supuesto. Que estemos ante un simple espectáculo electoral, un fuego de artificio oportunista con chorros iluminados, o ante algo más lo dirá el tiempo si Sánchez y los suyos siguen gobernando.

Porque la clave de estas actuaciones, gobierne quien gobierne, es que después de ellas, como ha pasado con la fuente de la plaza del Arenal o el arreglo de la plaza de Belén, es que estos espacios se recuperen definitivamente, todo el año y no sólo un día de fiesta, para los jerezanos y quienes nos visitan. Si la fuente del Mamelón (algunos juguetones con el lenguaje la rebautizaron el viernes como la fuente de 'Mamenlón') que hoy luce más azul que Piscinas Jerez acaba siendo dentro de poco un nido de gusarapos que se mueven en una masa de verdín, efectivamente estaremos ante un golpe de efecto más de los políticos. Pero, si por el contrario, el Mamelón, ese espacio que había quedado olvidado entre los monumentos a La Salle y al enganche, se convierte en un punto de encuentro todo el año, con espectáculos al aire libre y rincones con encanto, entonces habrá merecido la pena porque además habrá contribuido a algo muy importante: a devolver la vida al centro de Jerez. Y ese es un objetivo en el que todos los partidos políticos coinciden en sus programas electorales.

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