Como si fuese víctima de un encantamiento, Susana Díaz no advierte que sus amenazas y lamentos son el lenguaje de la derrota. A su frase "al PSOE de Andalucía no lo pone de rodillas nadie" le faltan dos palabras y dos comas. Se las añado, para que ubiquen el contexto: "Pedro, cariño, nadie va a poner de rodillas al PSOE de Andalucía". Así comprenderán que esta amenaza no era para los contendientes, sino un asunto de familia. Sonrisas forzadas y cuchillos largos en las últimas horas de San Telmo para una y tal vez las penúltimas del otro en Moncloa.

Las quejas de sucursalismo a PP y Cs están fundadas. Los estados mayores de ambos en Madrid no notan lo bochornosa que resulta la minoría de edad que atribuyen a sus cuadros regionales. Pero al PSOE andaluz no le importó convocar cinco elecciones andaluzas coincidiendo con generales (1986, 1996, 2000, 2004 y 2008) y otra con las europeas de 1994. No cabe mayor subordinación que secuestrar deliberadamente el debate andaluz, una y otra vez, con campañas nacionales.

La hipocresía también se adivina tras los lamentos por la aparición de la extrema derecha. En la última semana de campaña Vox ya había cogido vuelo, pero Díaz le dio tanto protagonismo que lo convirtió en centro de atención. Probablemente para que le quitase votos a PP y Cs, y el reparto restara escaños a los tres. Si es así, calculó mal. Hoy sobran los reproches y el intento de demonizar la voluntad de 400.000 andaluces. Hacer de aprendiz de brujo se vuelve contra uno. Por ejemplo, ahora los socialistas piden la Presidencia del Parlamento, por ser el partido más votado. Tendría lógica, pero es otra doblez: en 2012 el PP fue el más votado y el PSOE hizo rodillo; se quedó con las presidencias de la Cámara y del Gobierno.

Salvo por estas escaramuzas, la pequeña Sevilla del poder se hace al cambio. El próximo presidente será el primero no socialista en 36 años. Y también el primero que no es sevillano, regla no escrita que trasluce cierto centralismo. Los presidentes de la Junta han sido todos sevillanos y licenciados en Derecho por la Universidad Hispalense. Criterio que cumplen los cinco, incluso Chaves y Griñán que aunque nacieron en Ceuta y Madrid se criaron en Sevilla. Moreno nació en Barcelona, de padres malagueños, y Marín es de Sanlúcar de Barrameda.

Los discursos, en todo caso, se van adaptando sobre la marcha. En su último mitin de campaña, la candidata socialista dijo que Andalucía ganó el referéndum del 28 de febrero para no tener que doblar la rodilla. Ahora cierra el encuadre y dice que nadie le doblará la rodilla a su PSOE. Pero debe salir de su encantamiento. El poder no se pone de rodillas, simplemente cambia de manos porque no es propiedad de nadie. Es momento de humildad y respeto. De los que entran y de los que se van. Salimos de un gobierno muy personalista y es deseable que la próxima etapa sea más coral. Veremos.

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