Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Desde mi córner

Fran Pereira

El presidente número 29

Mateos antepuso siempre sus intereses personales, y demostró credibilidad y palabra

 ACABO de conocer la triste noticia de la dimisión de Rafael Mateos. Casi no puedo contener mi emoción al echar la vista atrás y comprobar todo lo que este hombre ha hecho por el Xerez. Desde estas líneas quiero elogiar su xerecismo, que antepuso siempre a sus intereses personales, su credibilidad y su palabra, y sobre todo su labor ejecutiva al frente de la entidad. Ya lo dijo el día que entró en el consejo, allá por 2009: “Mi objetivo es limpiar el club”, y vaya si lo ha limpiado. Fue capaz de nombrar persona non-grata a Joaquín Morales, pero por “defender sus intereses”, compartir consejo y hasta caracoles con él; fue capaz de de arreglar el embargo con Hacienda, y capaz de evitar la liquidación de la entidad. Evitó que muchos “se lo llevaran calentito”, como dijo recientemente en una emisora, trabajó codo a codo con Federico Souza en un proyecto solvente y sólido; e incluso abarató la nómina de trabajadores del club (junto con otro grande del mundo empresarial, López Ballesteros, cuyo último legado ha sido el asunto Manu Redondo) aunque luego el juez le diese la razón...Cosas de los juzgados. Nunca he entendido que a una persona que ha dado tanto por el Xerez, según él ha sido el segundo jerezano que más dinero ha puesto, le llamen florero. Florero es el que no hace nada, pero Rafael por este club.... En sus dos etapas como presidente ha conseguido sanear las arcas de la entidad y hacer del Deportivo una institución seria y estructurada, para eso es el presidente y manda. Se ha marchado, sí, pero como ya dijo en marzo “el orgullo que puede quedarme es devolver el Xerez para Jerez”. Así ha sido. Además, ha dimitido porque no compartía las decisiones de Morales, demostrando una vez más su integridad, su sinceridad y su amor por este club. Por todas estas cosas no me queda más remedio que darle las gracias por todos estos años de arduo trabajo fuera y dentro de los despachos. Más de un club querría tener un presidente de tal calibre. Gracias Rafael, pero sinceramente, no vuelvas más.

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